Capítulo 6

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Por cada 3 patánes hay un caballero.


Mientras Aidan estaba totalmente enfocado en mandar a la horca a cualquiera sólo por aburrimiento, en otro lado de ese inmenso castillo se encontraba la princesa humana.

Y claro, estamos hablando de la famosa ____, es inconfundible. ¿Verdad? Ella se encontraba nuevamente dianbulando por el palacio, claro, era algo aburrido sin tener nada que hacer. Sin embargo, también era mejor que quedarse todo el día en esa habitación encerrada.

Además de que tenía que moverse, si no terminaría estando mal acostumbrada. Y tenía que tener las piernas bien firmes para poder planear como escapar.

Aunque ya tenía varias ideas.

Para empezar, estaba la idea de tratar de ganarse la confianza de Aidan, que le quite los custodios y ahí escapar; sin embargo, eso llevaría mucho tiempo, pues ella misma notaba cuanto la odiaba el hombre —o vampiro en este caso—. Por lo que también la llevaba a buscar otras alternativas más rápidas y efectivas.

Podría sobornar a los guardias...

Solo que no tenía ni un gramo de oro encima por ahora.

Por lo que, la idea 1 no sonaba tan mal después de todo, solo tendría que tratar de acercarse, tratar al menos de ser su amiga y mostrarse inofensiva. Hacerle ver que era tan estúpida como él pensaba, después de todo... dicen que las personas más peligrosas son las que fingen que son tontas cuando son inteligentes en lugar de las que simulan inteligencia.

Llevaría tiempo y estaba consciente de que sería demasiado raro, complicado y agotador. Para empezar... ¿cómo haría para acercarse tan de la nada a él? Su plan no era ser su amiga ni mucho menos tratar de tener algo con él.

Ella sólo quería hacerse la estúpida. A ver, era ingenua, pero si su padre le había enseñado algo eran las 3 reglas:

Si puedes hazte la idiota cuanto puedas, las personas no sospecharían de alguien descerebrada.

Calla tus pensamientos delante de los ignorantes o te tacharan a ti de serlo.

Y sobre todo, usa tu apariencia a tu favor. No por nada eres linda.

Claro, es extraño que un padre le diga eso a su hija, sin embargo, ahora entendía que le serviría. Solo tenía que conocer mejor el castillo, hacer que él le quite el ojo de encima y luego buscar una forma de irse de forma eficiente.

Solo 3 pasos que debía seguir.

Pasos que no sabía ni como empezar a dar.

Estaba pasando con aburrimiento por los pasillos del palacio hasta de al otro lado de unas grandes puertas dobles que parecían ser de roble escucho sollozos. Su ceño de inmediato se frunció y algo en ella se encendió. Como si fuera una alerta, sabía que debía descubrir a quién pertenecían y a qué se debían esos sonidos.

Con la mirada de los guaridas que custodiaban la puerta pego la oreja a ella tratando de oír más. Brianna al igual que los guardias que vinieron correteandola como un gato a un ratón se miraron entre sí. Debían apartarla de ahí.

Pero claro, antes de que siguiera pudieran acercarse a ella para decirle que se aleje de ahí, la puerta se abrió.

Fue inevitable que no cayera al suelo en cuanto la puerta se abrió de tal manera. Y es que vamos, la puerta es pesaba más que 4 de ellas, fue inevitable que no sucediera.

La Ocuridad Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora