Capitúlo 7

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Me lo hubieran dicho desde al principio.
Pero si no... ¿Dónde queda el drama?

Aidan Hargreeves.

Apenas se abrieron las puertas de mi oficina pude divisar al molesto de mi hermano sentado en mi silla. Me adentre a la habitación mientras divisé como se levantó de la silla y quiso acercarse abriendo los brazos mientras sonreía como idiota, claramente lo esquive mirándolo mal.

—¡Buh! Amargado —se queja él con dramatismo, gire los ojos—. ¿Así recibes a tu hermano favorito? —finge un puchero.

Era un completo imbécil.

—Eres mi único hermano y no precisamente el más grato —aseguré con una sonrisa fingida mientras me posicionaba en mi silla, Klaus tenía suerte de ser de mi sangre, o ya lo hubiera mandado a la horca por siquiera haberse sentado en mi lugar—. Ahora vamos a lo importante, dime de una vez qué te dijo el imbécil de Cassian —pedí mientras veía como él se sentaba en una de las sillas dispuestas frente a mi escritorio.

Todavía seguía con esa estúpida sonrisa, pero al menos comenzó de hablar de algo que sí era importante.

—Como dijiste, era muy blando, el típico príncipe de los cuentos, al parecer ascenderá al trono en unos meses, su padre se lo cederá incluso estando vivo ¿no es curioso? —río levemente, reclinandose en la silla—. Bueno, la cosa es qué tenemos la cordial invitación de él, supuestamente para empezar una era nueva, esta dispuesto a tener paz entre ambos reinos —relato con un tono teatral, como si estuviera contando una gran historia. Sólo asentí.

—Qué ñoño... —murmure para mí mismo pensativo.

—No lo sé, piénsalo, me mostró todo su palacio y la mayoría de su reino, tienen bastantes riquezas... Y sin mencionar a su hermana —insinuó con una sonrisa pícara, alce una ceja.

—¿Qué con ella?

—Qué es una belleza, hermano... Demasiado pesada, pero una belleza al fin y al cabo —dejo ambas manos apoyadas en el escritorio y ahora sabía que tendría que escucharlo seguir con ello, solo gire los ojos—. Vamos hermano... Sólo ve, escucha lo que Cassian tenga que decir y si no te agrada pues los atacas y ya, no tienes nada que perder.

—Y en todo eso... ¿Dónde carajos entra su hermana? —cuestiono con sarcasmo, él sonrío con picardía.

—Qué tal vez podría terminar de convencerte y elegir algo más que la guerra —vuelve a insinuar y ahora quiero tirarle algo a la cabeza.

¿Es qué este tipo solo piensa con la entrepierna? Ahora mis pensamientos son en torno a como haré el ataque que estoy más que dispuesto a hacerles para conseguir sus tierras, colonizarlas y hacerlas mías. Lo envíe ahí para que vaya solo como "mi representante" y que consiga información sobre los terrenos, los horarios de los guardias, como se manejaban...

Y él muy imbécil me habla de una mujer la cual no me interesa conocer.

—No me interesa en lo más mínimo ella —dispute con poca paciencia y frialdad—. Sabes que no me gustan las humanas, además, debe ser muy joven —me excuse.

Sabía que si no daba una excusa, me seguiría jodiendo... Y como lo haga, terminaría haciendo qué lo noquéen solo para que se calle un rato.

La Ocuridad Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora