cap 1

202 25 8
                                    

Una hermosa luna llena, esta vez teñida de un color escarlata, esta posada sobre un denso bosque nevado...

En un gran árbol, hay un cachorro llorando al lado del cadáver de su madre que a sufrido un disparo de un cazador, la nieve debajo de ella dejó de ser blanca para tornarse carmesí, la pequeña cría grita esperando que alguien llegue ¿alguien de la manada talvez?.

La luna, que parecía tener vida propia, lanzó rayos color morado hacia la cría de lobo, estos no le hacían daño, solo la rodeaban. De ella emergió una luz encandesente que al apagarse dejó ver el cuerpo desnudo de una niña albina con orejas y cola de lobo, tez palida y sus ojos morados con pupilas en forma de calavera. A pesar de ser humana ahora seguía aullando y lamentándose como un lobo junto al cadáver frío de su madre.

Los cazadores llegaron a la escena, se quedaron en shock; pues la loba que estaban persiguiendo con un cachorro cargado en su boca, ahora yacía muerta al lado de una niña que tenía rasgos no humanos. La capturaron con una red y se la llevaron, la niña no podía dejar de llorar, trataba de todas las formas de liberarse, mordía la red pero era muy fuerte y sus uñas no tienes filo.

Terminaron llegando a un laboratorio en mitad de un profundo bosque, pero este no era nevado. Los recivio un científico alto, de tez blanca, ojos rojos, pelo negro corto peinado hacia un lado, con un mechón blanco en el medio, unos lentes redondos, con su ropa de científico, destacaba su bufanda azul.

-¿Que me han traído?- pregunta el científico al cazador

Este le muestra la red, con la niña enseñando sus colmillos esperando intimidar.

-Es perfecta- dice el científico con expresión seria mientras se acomoda los lentes -Dejenla en la celda con 12 y 100- ordena

Los cazadores van en camino a donde se les indicó mientras recorren las instalaciones y pasan delante de salas de investigación. La pequeña niña al ver lo que le hacían a otros niños en esas salas empieza a sentir miedo, lo que más la aterro fue ver como le daban electrochoques a un niño... no sobrevivió.

Al llegar, los cazadores la lanzan dentro de la celda para luego cerrar la puerta. La niña observa la habitación y ve a otras dos niñas muy extrañas, sus pieles son de un morado pálido, pelo verde, las dos tienen su ojo izquierdo color marrón, la que parece más grande tiene su ojo derecho de color rosa mientras que la pequeña lo tiene color amarillo, tiene pequeños cuernos, una cola que pareciera de dragó y 2 marcas negras en la cara debajo de sus ojos.

La mayor se acerca lentamente, la niña se va alejando mientras gruñe con miedo de que le suceda algo. Al estar tan cerca la lobata cierra los ojos esperando el daño... pero lo único que siente es como acarician su cabeza; levanta la mirada y se encuentra a la mayor con una gran sonrisa mientras la acaricia.

-Me llamo Zoe, un placer conocerte- dijo con una personalidad alegre

La pequeña se acerco a la mayor por detrás con miedo de la lobata, ya que se veía más grande que ella. Zoe siente a la pequeña detrás y la abraza.

-Esta pequeñita es mi hermanita Nika, es un poco tímida-

La lobata las observa con atención, intenta pronunciar el nombre de la mayor.

-Z...z...o- trata de decir con dificultad -grh!- gruñe molesta por no poder comunicarse correctamente

Aunque no sabe hablar como los demás, si entiende lo que dicen. Entra una científica, de pelo y ojos marrón, entra preocupada y con ropa de niño pequeño en sus brazos mientras busca algo, mira a la lobata y corre hacia ella, la viste rápidamente con un pulover ancho que le llega hasta el suelo y un bóxer que le servirá como short, es lo único que pudo encontrar.

-Nadie aquí tiene empatia, malditos idiotas-

La lobata se le queda mirando, ¿es la primera persona que la quiere ayudar?, se aparta rápidamente, ahun tiene miedo.

-grr- gruñe tratando de apartar a la científica

-Tranquila, no te haré daño-

La científica acerca su mano pero la lobata lanza un mordisco al aire lo que hace que la aleje .

-Bien, te dejaré descansar- le dice con una amable sonrisa -cuida de ella Zoe-

-Si, claro- le dice Zoe mientras abraza a su hermana

-Ten una dulce noche 515- refiriéndose a la lobata

La científica sale de la celda y deja a las niñas solas nuevamente.

-No debes preocuparte por Emily- le dice Zoe a 515 refiriéndose a la científica -Es la única persona buena de este lugar-

En toda la noche 515 se quedó alerta, pensaba que si se quedaba dormida le podrían hacer algo, pero finalmente el sueño la venció.

Mientras todo esto le sucedía a 515, al otro lado del bosque, un castillo se encontraba en la oscuridad de la noche con una familia peculiar.

-¿Alan, como te fue con tu profesor de hechicería?- Le dijo el padre a su hijo mayor de unos 7 años

-Bien padre- dice con cara de preocupación

-No le mientas así a nuestro padre- le dice su hermano menor de 6 años con cara de vencedor

-¿A que te refieres con eso Liam?- le pregunta la madre al menor

-Este idiota de aqui- señalando a su hermano -ahun no a mostrado ningún poder mágico-

-¿Eso es cierto Alan?-

-Si... padre- dice con tono triste

-Que decepción... tu hermano es menor y su maestro dice que tiene un inmenso poder para su edad- enuncio la madre con desprecio hacia el mayor y orgullo hacia el menor

-Tomaras clases extra, ningún hijo mío es un perdedor!- dijo el padre con furia -ve a tu cuarto, no cenaras como castigo por tu precario esfuerzo-

-Pero si me esfuerzo!!- grita Alan explotando mientras sus ojos blancos pasan a ser de un rojo intenso

El padre lo golpea en la mejilla tumbandolo al suelo. Los ojos de Alan vuelven a la normalidad y está vez soltando una lágrima.

-¿Eso es lo único que sabes hacer? ¿cambiar tus ojos de color?! eres una vergüenza como vampiro-

Alan no aguanta más y sale corriendo a su cuarto, su madre hace como si no hubiera visto nada y Liam se ríe entre dientes. Al llegar a su habitación, salta por la ventana combirtiendose en murciélago, llega al techo del castillo, se destransforma y empieza a llorar libremente.

-Soy un idiota que no sabe hacer nada!!- se reprocha

Chirría sus dientes, se muerde el brazo repetidamente con sus colmillos, así desquita su ira acumulada mientras sus ojos se volvían rojos nuevamente. Siguió llorando desconsoladamente hasta el amanecer.

Experimento 515Donde viven las historias. Descúbrelo ahora