Los recuerdos de nuestro pasado a veces pueden ser una fuerte comparación a nuestra realidad, experiencias que hemos vivido y nos tocara vivir tienen el poder de cambiar la percepción de las cosas pero esta en uno mismo el saber interpretarlo de una manera que no nos destruya internamente .
Talvez nos aferramos a ellos de una manera poco saludable por el simple echo de que nos recuerdan porque fue que cambio algo en nuestra vida y no queremos olvidar o sanar por miedo a volver a estar a merced de esa emoción nuevamente.
Esta bien si queremos tener eso como un recordatorio, como una alerta en forma que crecemos pero debes saber darle la vuelta para tomarlo como una lección para afrontar eso alguna vez y no solo poner un escudo para protegerte aislándote de todo lo demás.
En el momento es difícil y pueden pasar años para darte cuenta que talvez eso fue necesario, que quizás esas cosas pasaron para mejor y que si bien no fue algo tan bonito lo único que queda por hacer es mirar al pasado sin tanto prejuicio y soltar de apoco.
Los recuerdos bonitos están ahí , algunas veces son poco receptivos pero si consideras que no es así a lo largo de la vida llegaran tarde o temprano no te preocupes , nadie se salva de uno muy malo pero debes saber atesorar los buenos porque a veces son mas fugases de lo que pensamos y los disfrutamos menos de lo que nos duelen otros durante nuestra existencia.