Capítulo 11

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Una victoria en un partido de prácticas no significaba nada para los equipos como el Seijoh, pero para equipos como el Karasuno era una inyección de moral que aumentó sus ánimos a nuevos niveles. Después de haber tenido algunos años en los que no presentaron ninguna victoria o un resultado tan espectacular, vencer al Seijoh era un punto de partida para todos los jugadores del equipo y podía verse en sus ojos y en sus rostros, en como intentaban ocultar la alegría por la victoria, aunque fuera un mero partido de entrenamiento entre las dos escuelas.

Aquel resultado tan aplastante no fue algo que ninguno de los dos equipos esperaba. Daichi había pensado que con Kageyama, Hinata y Naruto obtendrían un aumento de nivel completamente exponencial y de crecimiento, pero no esperó que el nivel del Uzumaki estuviera por encima de ellos y a la par de equipos como el Seijoh. Porque no se engañaba. Habían obtenido dichos resultados gracias al trabajo de Naruto actuando como receptor y por sus saques, los cuales se sumaban a los esfuerzos conjuntos de los otros dos chicos de primero. Y si Tsukishima no hubiera estado actuando como un bloqueador central demasiado competente para ser de primero, lo que dejaba en claro a los rivales el nivel de los chicos de primer año.

Por supuesto, estos resultados fueron como un jarro de agua fría para los chicos del Aoba Josai. Oikawa había esperado poder deshacer la mirada firme y segura del chico con el dorsal 14 con sus saques, o al menos hacerlo temblar con el primero cuando anotó un punto. Pero el chico de primer año se mantuvo firme y con los pies en la tierra, con la mente en el partido y se convirtió en uno de los pocos que podían recibir sus saques sin inmutarse ni siquiera un poco, lo que fue realmente frustrante cuando resultaba que el chico que lo estaba venciendo era un muchacho de primero, lo que le trajo recuerdos de cuando era el senior de Kageyama, lo que lo volvía todo mucho más molesto y frustrante.

Con los ánimos renovados con aquella victoria y el alma llena de orgullo, los chicos del Karasuno se cambiaron al chándal y guardaron sus uniformes deportivos dentro de sus bolsas. Al ser martes y por la tarde, no podían hacer ningún otro partido con los chicos del Seijoh, los cuales los estaban mirando con cierto...¿resentimiento? Ante esas miradas, Naruto solamente torció los labios dando su mejor sonrisa dulce y escalofriante, por lo que los chicos del Seijoh solo podían apartar los ojos del adolescente y centrarse en sus propias bolsas.

―Supongo que has vistos nuestros puntos débiles y los suyos―murmuró el capitán del Karasuno cuando se situó al lado del rubio. Daichi era una estudiante de tercer año, pero no desechaba la oportunidad de obtener un mejor rendimiento por orgullo. Los chicos que estuvieron en tercero los dos años anteriores en el Karasuno, no fueron los mejores modelos a seguir debido a la época oscura que pasaron, pero eso no lo había desanimado. Ahora tenía la oportunidad de armar un mejor equipo, de preparar a sus compañeros para los próximos partidos―. No me engaño, Naruto. Tu eres mejor que yo, con una mente para esto. Te has entrenado muchos años, probablemente con más intensidad que yo y otros chicos de tercero. Eres uno de los mejores del equipo, incluso ahora.

El chico miró a su capitán con un extraño brillo en sus ojos azules, pero en un segundo una sonrisa tranquila se dibujó en sus labios. Naruto había entrenado por años en el voleibol, pasando por el voleibol de infantil y llegó hasta la escuela superior. Eso hacía al menos casi diez años jugando aquel deporte y su cuerpo y mente ya se habían aprendido todo lo que había que saber. Incluyendo el reglamento sobre el mismo.

―Las recepciones van a ser un punto demasiado débil para nosotros en nuestra defensa y ofensiva. Diría que Oikawa ya ha aprendido todos nuestros puntos débiles y nuestra mejor defensa contra sus saques, al menos actualmente, somos nosotros dos―dijo, con toda la calma del mundo―. Hinata está demasiado verde como para poder actuar de una mejor manera a como lo hace ahora y Kageyama tiene su punto fuerte en ser armador, uno de los mejores de Miyagi al menos. Aunque, siendo de primero, aún tiene un crecimiento bastante bueno por delante, que con las herramientas necesarias lo hará ser uno de los mejores jugadores del mundo.

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