BULTAOREUNE #PGP2024

6

Ho Seok perdió la cuenta de los minutos que habían pasado. Sin mostrar ni la más mínima objeción, se dejó arrastrar a unos metros de la chimenea encendida. Se dejó cubrir con aquella capa bordó cálida e imponente que el extraño ponía sobre sus hombros. Y dejó que se sentara aquel extraño cerca suyo, rozándole las manos cada vez que hablaba o le sonreía.

Ho Seok se dejó embriagar por una maravillosa bebida caliente que el extraño hizo aparecer como por arte de magia. Aquella bebida dulce de deshacía en su boca y lo envolvía con una calidez que Ho Seok Jamás había experimentado.

Saboreaba cada trago sin poder quitar la vista de aquella boca que no había dejado de sonreírle ni un segundo.

— Los Bultaoreune son leyenda, no existen...

— Y, ¿cómo explicas esto? ¿Cómo me explicas a mí? ¿Cómo explicas este fuego?— preguntó el extraño mirándolo a los ojos.

Ho Seok se sintió hipnotizado.

— Es que yo no estoy aquí,— dijo casi apenas en un susurro— en realidad yo estoy muerto. Debo haber caído en el camino, muerto por el frío y es mi espíritu el que está aquí y ha encontrado esta casa y este salón. Porque no puede existir una casa y un salón así. Porque es la casa y el salón con el que siempre he soñado. Es la casa y el salón en el que me gustaría vivir con todos mis cuadros y esculturas favoritas, con mis libros favoritos en esas bibliotecas, con mi color favorito en las cortinas y... en tu capa. Por eso sé que no existes. Porque eres perfecto. Porque eres hermoso. Y porque algo tan perfecto y tan hermoso jamás me miraría como lo haces tú...

El extraño se mordió el labio y se acercó un poco más a él. Ho Seok sintió la calidez de su respiración y tembló levemente.

"Cómo me gustaría besar esos labios", pensó, " y si lo beso aquí mismo, ahora, que estoy muerto  nadie podrá reprocharme nada porque este extraño sólo es fruto de mi imaginación. No sentirá repugnancia por un beso mío."

—¿Alguien alguna vez ha sentido repugnancia por un beso tuyo?— preguntó el extraño, serio de repente, perdiendo por primera vez aquella enigmática sonrisa.

Ho Seok lo miró sorprendido. Sintió que las mejillas se le ruborizaban y se apresuró a apoyar la tasa sobre el suelo percibiendo que las manos le temblaban sin control.

—¿ Acaso lees el pensamiento, fantasía mía?

—¿ Acaso tú no sabes los poderes que tenemos los Bultaoreune? Sé que lo sabes... Lo que no sé es porque me has buscado. ¿Acaso deseas ser amado?

Ahora fue Ho Seok quien se mordió el labio.

¡Claro que deseaba ser amado! Pero si los humanos comunes y corrientes, con problemas, con limitaciones, nunca lo habían amado, cómo pretender que un ser de luz tan especial como el que ahora lo miraba fijamente, sin parpadear, pudiera llegar a amarlo.

Ho Seok se rió de sus pensamientos. Era demasiado pedir que alguien así lo amara y esperando que aquel extraño no hubiera leído otra vez lo que pensaba se apresuró a responder:

—Te he buscado porque quiero tu compañía. Mañana vuelvo a mi vida ordinaria de siempre, a mi vida solitaria, a mi vida triste. Mañana vuelvo a esa vida que han escrito por mí. Mañana empiezo a estudiar una carrera que no elegí, empiezo a labrarme un futuro que no elegí, mañana empieza un compromiso con una persona que no elegí, mañana voy a vivir en una casa que no elegí. Así que sólo por hoy, en esta noche de San Valentín, te ruego seas mi compañía... Y por favor si te causo alguna repugnancia, trata de que mi espíritu no se dé cuenta. Finge ser mi amigo. Finge que te interesa todo lo que digo, todo lo que tengo para contarte, finge que te asombras con mis sueños, con mis creaciones literarias, con mis canciones, con mis pinturas. Finge que te agrado al menos hasta que salga el sol.

—No cuentes con nada de eso porque ya me agradas. No lo voy a fingir. Disfrutaré de tu compañía y te haré feliz hasta que salga el sol. Promesa de un Bultaoreune...