The Only Exception

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No se pudo diario, perdón por eso. 

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Podía jurar que estaba protagonizando alguna escena melosa de película romántica.

El cuerpo del rubio presiona sobre el suyo, los brazos de él se estiran para encontrarse con sus manos, acabando por entrecruzar los dedos entre sí, su palma pálidamente blanca se notaba más junto al dorso de Kurapika, mientras mantenían un apretón suave muy agradable.

El acto propio de estar acostados juntos, tomados de la mano mientras se abrazaban, le parecía extraordinario por sí mismo.

— ¿En qué piensas?

— Nunca había despertado abrazado a alguien.

— Yo tampoco— Elevo su mano libre sobre la cintura del niño y rozo el principio de la menuda columna con la punta de sus dedos, apoyando su cabeza en el hombro tierno para luego dejar un beso entre los omoplatos marcados— Tu cuerpo es dulce.

— Soy puro azúcar.

— Veo porque— Hizo un ademan con la cabeza hacia abajo. En el suelo, montones de virutas y envolturas de caramelo de marca ensuciaban el lugar— Tu escondite es un desorden.

— Se lo dejo a servicio a la habitación.

— ¿Cómo tu familia no ha descubierto dónde estás?

— Una buena propina al hotelero. Ya pagué por una semana, así que...Puedes venir a visitarme.

— Soy tu cómplice, ¿eh? — Deshizo el abrazo para verlo de costado— ¿Cómo has pagado esta suite sin tu tarjeta Zoldyck?

El niño se sentó a la cabecera de la cama, estirando perezosamente los brazos como un gato y  peinar su desprolija cabellera de alba, desplegando su encanto sin querer. Era especialmente poderosa. Killua poseía una sensualidad demasiado natural.

— Empeñe los pendientes de mi madre.

— No tengo palabras para siquiera a empezar a reprocharte por eso.

— ¿Pido la cena para dos o ya te vas?

— Me quedo— Killua sonrió divinamente— Pero bajare a recepción para pedir un menú más saludable para ti. Menos servicio a la habitación, debes aprender a organizarte solo.

— No pasa un día sin que me recuerdes que soy un mocoso mimado.

— Te equivocas, en vez de mimado serias...— Kurapika pensó en una mejor definición— Vago.

— Repite eso.

Para despejar ese tonto enojo, solo tuvo que soplar sobre la cara del niño para ver como los colores le subían a la cara y la escondía entre manos. Que adorable.

No fue tan malo hacerse camino entre los pequeños envoltorios de dulce, lo verdaderamente difícil fue quitárselos de encima por lo pegajosos que eran.

— Si viviéramos juntos, no tendrías que huir y esconderte todo el tiempo.

— No hablas en serio— Killua se cubrió la boca, a punto de reírse. Miro al delegado a la cara, esperando que le diera la razón, más eso no ocurrió y su cuerpo se tensó— ¿Es en serio?

— No tengo una seguridad como tu mansión, no siempre estaré las veinticuatro horas para ti y sin duda, no será el estilo de vida a la que estás acostumbrado pero podemos hacer el intento.

El albino lo miró fijamente, sin hablar por varios segundos.

— Si es lo que quieres.

— ¡Sería una locura! Sabrán donde vives e irían por ti, ¡Pueden hacerte cualquier cosa!

Still Into YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora