Cap.15

72 11 0
                                        

Neito estaba recostado en el sofá panza arriba, Hitoshi se había ido a comprar más comida y no volvería hasta dentro de un rato. Desde ayer ninguno de los dos había hablado, se evitaron o más bien él lo evito y tubo que comer comida fría por culpa de eso, el ambiente tenso que rodeaba el departamento era asfixiante que ni la ventana abierta quitaba, ahora lo único que hacía era mirar al techo recordando el poco tiempo que estuvo con Hitoshi. No fue mucho, solo un mísero mes, pero a pesar de eso, fue uno muy agradable

Fueron días tranquilos, sin tener que estudiar, practicar, dar conferencias, salir con personas que detestaba para las cámaras, fingir estar bien. Todo ese mes no tubo que fingir nada, fue él por primera vez, pudo recostarse sobre el piso sucio y disfrutar del frío de este, comer lo que quisiera (No exactamente todo) hasta reventar sin preocuparse por como se vería. Vivió, no al extremo, no hizo gran cosa, pero para él fue una prueba de libertad y no quería volver. Le daban ganas de llorar al pensar en que tendría que volver con aquella familia a quienes les importaba una mierda a menos que esto afectase su imagen. En cambio allí tubo una familia de verdad, no pudo convivir con ella como deseara, pero fue una sensación muy cálida el poder callar por una vez y escuchar las cosas interesantes que tenían que decir los demás, no ser el centro de atención y cuando lo fuese, no ser presionado por mil miradas jugadoras que solo buscaban hasta el mínimo defecto para odiarlo, sino que fueron miradas cálidas. Llenas de comprensión y atención, Hitoshi siempre fue amable y cuidadoso y aun cuando cometía errores este se los perdonaba y lo ayudaba a corregirlos

Fue el mes más pacífico y hermoso que tubo y se iba a acabar tan pronto

Neito se recostó mirando por la ventana

¿Y si terminaba con todo ahora? No le causaría problemas a Hitoshi tenía la apariencia de un gato y si moría simplemente sería algo del día a día, nadie lo notaría, sus padres no tendrían que seguir buscándolo y fingir preocupaciones, sus amigos solo seguirían con sus vidas y todos estarían mejor

Empezó a caminar directo a la ventana, acercándose peligrosamente al borde de esta

Pero...

Neito se detuvo justo en el marco. Miro hacia el vacío y suspiro

No podía

Porque por una vez, quería ser egoísta

Quería quedarse con Hitoshi, con su familia, con esa vida, con esos recuerdos, no quería volver. Quería ser egoísta y pensar en el primero antes que el resto

Quería vivir

-¿Pero qué-? ¡¡Aahhh!!

Neito grito cuando un intenso dolor lo empezó a rodear, pudo sentir sus huesos romperse y su piel quemar. Mordió su lengua tan fuerte que sangro, pero aun así el dolor no se detuvo, si o que siguió hasta que lo único que escuchaba era un pitido incesantemente agudo. Hasta que todo fue disminuyendo y pudo por fin respirar

-Carajo

Llevo una de sus manos a su rostro secando el sudor que empaño su rostro y apretó sus brazos, realmente le había dolido aquello.... Espera

Neito levanto la vista y la ventana ya no era enorme, los objetos tampoco, eran más pequeños. Bajo la mirada con cuidado y noto como sus brazos estaban allí. Era un humano de nuevo

-Volví, dios realmente volví ja, ja, ja Volví VOLVÍ SOY YO DE NUEVO ja, ja, ja

Y luego se dio cuenta

-Volví a ser humano, Hitoshi ya no tiene por qué cuidarme tendré que irme para siempre y-

El sonido de la puerta siendo abierta lo interrumpió y cuando miro atrás, Hitoshi había entrado con varias bolsas de papel en las manos, este no tardo en darse cuenta de su presencia y cuando lo hizo, soltó sus cosas y lo miro boquiabierto

Y solo entonces se dio cuenta de otro detalle que por la emoción no noto

No llevaba nada encima

Se sonrojo más de lo que alguna vez pensó posible y se escondió a medias con el sofá y un cojín

Mientras tanto Hitoshi, que acababa de terminar de pensar en lo que pensaba decirle a Neito para buscar una solución, apenas entro a su departamento, su mente borro toda la conversación y se quedó en blanco total. Lo único que pensó fue en deleitar su vista ante semejante chico sacado prácticamente del cielo. Figura perfecta, cabello rubio un poco desordenado que le hacía lucir mejor, ojos azules, y piel perfectamente cuidada, prácticamente sin ninguna arruga o lunar, no tenía músculos marcados, pero si lo suficiente para definirlos. La luz que entraba por la ventana solo hacía resaltar su figura. Prácticamente Hitoshi pensó que estaba frente a un ángel de no ser porque este claramente no tenía alas y definitivamente lo había visto antes (Con ropa), en un cartel de "Se Busca" en el centro comercial

Y aunque un poco vergonzoso, le tomo más tiempo del que debería darse cuenta de que ese chico era su gato (Como ya había confirmado justamente hace dos días) pero que de alguna forma ya había vuelto a la normalidad

-¿Neito?

-... Si

-Y-yo-

-Antes de que digas algo. ¿Podrías prestarme algo de ropa? Es un poco incómodo saber que tendré una conversación sería totalmente desnudo

-Oh si, eso... Eso tiene sentido, dame un momento

Hitoshi aun bloqueado solo trajo una muda de ropa que le tendió al rubio para después darse vuelta, dándole algo de privacidad. Una vez hecho Hitoshi evito reírse de lo tierno que se veía el rubio y prefirió tornarse serio

-Tenemos que hablar

-...Sí.... Lo sé

Pero a pesar de que ambos lo sabían, ninguno sabía bien por donde empezar, sabían que debía pasar, pero no lo deseaban

Solo fue un mes. Pero Hitoshi no se sintió solo, no lo estuvo, a pesar de que la presencia de Neito pudo llegar a ser algo insistente, era algo entrañable ahora, durmió junto a alguien, discutió, compartió sus pensamientos, alguien lo ayudo con sus deberes así como los interrumpió y lo molesto. Hasta sus padres estuvieron allí acompañándolo, desde la llegada de Neito, su vida pareció cambiar para bien con cada día

¿Todo debía terminar?

Mi Gato CuriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora