THE BABYSITTERS JENLISA (PARTE 1 Y 2)

19

Después de que las niñas terminaron toda su comida nosotras también comimos, ayude a dahyun a organizar los platos y subí con las niñas, para ponerles la pijama y hacerlas dormir.

Cuando salí fui a mi habitación,  me senté en la cama y vi un WhatsApp de jisoo. A lo que la llame.

—¿Que ocurre?— dije en cuanto lo descolgó .

—el problema se hizo más grande — dijo frustrada.

—¿como?

—su padre es juez, si se entera me cuelga de los huevos en la torre más alta.

Eso sí que es jodido, ahora si que estaba en un problema muy serio del que no podia salir.

—Dios mío jisoo...

—lo se, creo que ya me voy a tener que despedirme de todos, por que voy a estar muerta y enterrada.

—no dramatices jisoo..

— se que llevo razón.

— tranquila, mañana como tengo que ir al departamento a tomar lo que me queda y darle las llaves al dueño , quedamos, comemos juntas y hablamos.

—¿y tu trabajo?

—por eso no hay problema

Colgué el teléfono y me introduci al internet a ver que soluciones se podía tomar para el problema de jisoo.

No encontraba nada.

Cansaba de buscar y no obtener nada, decidí ponerme la pijama y acostarme en la cama lista para dormir, pero la puerta se abrió y apareció Lisa, se recostó detrás de mi y paso su brazo por mi cintura,  se lo quité con rabia, me observo, no pude descifrar bien su mirada por que estaba oscuro, lo único que iluminaba era la luz de la luna .

–¿que pasa? — beso mi hombro

—tu sabras

—¿quien es esa chica del parque?

—una amiga.

—no quiero que hables con nadie.

Me giré hacia ella ya que le daba la espalda y la observe por encima de mi hombro.

—quien coño te crees que eres para ejercer es poder sobre mi, no eres nadie.

—soy tu novia.

—¿perdón? No somos novias, somos dos personas que nos estamos conociendo, por que. No podría salir con una mujer que me controla— mire hacia la pared.

Escuche su suspiro.

—lo se, pero es el miedo— dijo y su tono de voz se notaba desolado.

––¿a que? — me giré y la observe, una vez que mis ojos se acostumbraron.

—A que me seas infiel, ya me lo fuero una vez...— se sentí en el borde de la cama.

Me levanté y me puse detrás de ella.

—no te sería infiel, has sido la única mujer que me ha tocado — me ruborice pero por suerte no me vio.— tienes que aprender a confiar en mi.

—lo se, pero como ya me lo han echo... pienso que todo el mundo lo hará.

—tienes que quitarte esas cosas de la cabeza

—¿entonces novias?

—no, solo nos estamos conociendo,  si la relación funciona la formalismos y si no, pues cada una por su parte.

—en la cama conjugamos muy bien

Pude notar como sonreía con picardía

—pero que conjugemos no significa que podamos funcionar como pareja– e encogi de hombros.