Capítulo 5

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Germán

Me desperté al sentir la puerta abierta y me levanté rápido de la cama, dándome un ligero mareo. Me había quedado dormido, abrazando a Risueña para que no tuviéramos frío mientras esperábamos a los chicos. Me pareció extraño ver que no había nadie en la cabaña además de mí. El fuego de la chimenea estaba encendida lo que significa que los chicos volvieron de buscar la leña.

—¿Chicos? —los llamé al salir afuera.

No los veía por ninguna parte.

—¿Tomás? ¿Santiago? ¿Risueña?

Me detuve al escuchar un grito.

—¿Qué mie..?

Me quede callado al escuchar otro grito provenir del galpón del jardinero. Me di cuenta que había un camino de juguetes que iban hasta la cabaña hasta ese galpón manchados de sangre.

—¡Germán!

—¿Risueña?

Silencio.

—¿Risueña donde estás?

Silencio de nuevo.

—¡¿Risueña donde estás?! —grité, desesperado.

—¡Germán!

Me acerqué corriendo hacía el galpón al ver que alguien intentaba abrir la puerta desde dentro pero no se podía por las cadenas.

—¡Germán ayúdame!

Intenté abrir el galpón, pero las cadenas me lo impedían.

—No puedo. Tiene cadenas.

—¡Germán ayúdame a descubrirlo!

—¿Descubrir qué? —le pregunté, confundido.

—¿Germán? —lo primero que vi al abrir los ojos fue a un preocupado Tomás. —¿Estás bien, Germán?

Lo que acaba de pasar había sido un sueño.

—Estoy bien, Tomi.

—Estabas gritando, boludo —dijo Santiago.

—¿Soñaste algo malo? —pregunto Risueña, sentada a lado de la chimenea. La luz del fuego la hacía ver hermosa.

—Me olvide que fue lo que soñé —mentí, mirándola con una pequeña sonrisa.

—Tenemos que volver a la casa del viejo —dijo Tomás, repentinamente serio.

—Esta anocheciendo —sonrió Risueña. —Nos quedaremos aquí esta noche.

—¿Sin comida en medio de las montañas?

—En el rio nadan pescados. Podemos tomar algunos y asarlos al fuego de la chimenea.

—¿Y con qué vamos a pescar en el rio? —le cuestionó Tomás, mirándola como si hubiera dicho una locura.

—Con las manos —contesto Risueña.

Santiago sonrió tentando.

—Sí no querés venir con nosotros a pescar no vengas, Tomi —le contesto Santiago.

Tomás no hablo pero por su cara sabía que él no quería estar acá y menos ir a pescar al rio.

—Entonces tu cocinas —dijo Risueña, levantándose.

—¿Venís Germán? —me pregunto Santiago.

—Obvio que los acompaño.

—¿Son buenos pescadores? —pregunto Risueña, abriendo la puerta de la cabaña, dejando ver el cielo anaranjado.

—Soy el mejor streamer del mundo y también pescador —contesto Santiago, guiñándole un ojo a Risueña.

—¿Streamer? —repitió Risueña, confundida. —¿Qué es un streamer?

Mientras salíamos de la cabaña le explicábamos entre los dos a Risueña que eran un streamer, Twitch y otras cosas más para que pudiera entenderlo. No pude evitar quedarme viendo a Risueña de más y sonreírle como un boludo.

—Esperen —dijo Tomás, saliendo de la cabaña con expresión seria. Haciendo que volteáramos a mirarlo. —Los acompaño al rio.

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⏰ Última actualización: May 10 ⏰

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Risueña ; El TridenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora