12

205 25 9
                                    

Aunque no se encontraba feliz sobre todo lo que había pasado entre ambos, Shang Qinghua, solo no se arrepentía de haberse llevado más de esos dulces, pues eran tan deliciosos y sabía que esa clase de manjares no llegarían nunca al pico An Ding; pero eso cambiaría si jugaba bien sus cartas y movía adecuadamente sus piezas en el tablero que inventó.

"Shizun, ¿están correctamente corregidos estos datos?"

Y ahí lo venía a interrumpir ese desgraciado discípulo suyo a quien tenía casi de rehén, bueno tampoco es que él estuviera tan contento con esa decisión. Aquel mocoso era como una garrapata que no lo soltaba, es mas, el acosado era Shang Qinghua; en parte entendía el temor de equivocarse de ese niño, puesto que, si algo estuviera mal, el trabajo se triplicaría y en alguien tenía que recaer la culpa.

Terrible todo, sin embargo, si se le lastimaba el sujeto tendría que conseguir a otro y eso retrasaría su avance y...no muchas gracias.

Agarrando el documento, con una sola mirada, Shang Qinghua vio los pequeños errores y los encerró: "Solo eso, estás progresando, este maestro está orgulloso de tus esfuerzos"

La verdad es que o era el temor o ese niño realmente estaba comenzando a rozar un poco la eficacia del gran Avión Disparando Hacia el Cielo, pero claro estuvieron así por UN AÑO ENTERO.

Shang Qinghua no holgazaneo en ningún momento, ni siquiera pensó en eso, estaba demasiado centrado en arreglar cada uno de los asuntos de la secta, para que, cuando su discípulo adquiriera el mando, tuviera la capacidad de manejarlo o, al menos, que no afectara a su hermano Pepino.

Puesto que tenía muy claro que su ausencia no destruiría Cang Qiong, complacer a Shen Qingqiu era una caballerosidad de su parte; para nada tenía miedo de un simple usuario que encima seguía atado a la trama.

Sistema: El usuario siempre será el más valiente para este sistema (⁠◠⁠‿⁠◕⁠)

Lo único que no podía cambiar, al parecer, era ese horrible sistema suyo. Es que esa cosa no sabía ni halagar bien, sin embargo, Shang Qinghua, ya no gastaba su energía en esa carcacha, aunque daría la mitad de sus puntos B por encontrar la manera de callar esos mensajes tan irritantes.

No obstante, el furor momentáneo le hizo recordar que debía perturbar la paz y tranquilidad a alguien en la secta, eso sí que le daba cierto placer a Avión juju.

Con entusiasmo dejó al niño que estaba demasiado concentrado en completar su tarea como para darse cuenta que alguien lo estaba abandonando de nuevo.

Para Shen Qingqiu ver como entrenaban sus alumnos le causaba una gran ansiedad, debido a que, entre ellos, se encontraba Luo Binghe. Sin duda su desempeño era impecable, hasta su técnica era exquisita para un niño de su edad, realmente un prodigio, una joya que pocos encontrarían y que esperaba nunca usara ese poder para encerrarlo en un jarrón.

Por más que quería, Shen Qingqiu, no podía alegrarse por él, porque claro, Luo Binghe, era su personaje favorito, pero, encontrándose en una situación tan desventajosa, cada paso que ese lotito blanco avanzara significaba que podría acabar con su vida en cualquier momento.

Eran depredador y presa por la maldita naturaleza de esa novela, lo que le hacía recordar también que su mayor refuerzo era ese autor idiota que contaba con tantos beneficios que a el Gran Pepino Sin Igual le daban ganas de ahorcarlo hasta la muerte.

Si bien lo había amenazado, quien tenía realmente una oportunidad de torturar a alguien era Avión, no obstante, daba gracias a todos los dioses que existieran que, Shang Qinghua, seguía siendo un idiota.

Mientras pudiera mantener su trasero a salvo, haría lo que sea necesario, incluso apoyar el ridículo plan que le presentó Avión.

¡Enserio, que rabia le daba todo!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Nueva Oportunidad De Hermano AviónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora