Lee Yuna, una chica muy linda e inteligente. Tiene a varios chicos detrás de ella, pero su corazón le pertenecía a alguien desde hace un par de años, le pertenecía a Go Eunhyeok.
Baek Dohwa, un chico muy popular. Para la mayoría su belleza es tan i...
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Yuna se encontraba sentada en el sofá de la gran Empresa de la familia Lee, su mirada fija en el suelo, ya quería irse. A su lado se encontraban sentadas tres chicas, conversando entre ellas.
Lo que Yuna más odia de las personas es que hablen de otras como si las conocieran, como si conocieran lo que pasa por la mente de aquellas personas. Sabía que hay cosas que no se pueden excusar, pero las personas de las cuales estaban hablando no habían hecho nada malo, por así decirlo.
Se escuchó el sonido de la puerta abrirse, seguido de unos pasos. Yuna levantó su rostro, viendo a su padre junto a tres señores, los padres de la chicas sentadas a su lado, al parecer ellos también tenían una gran Empresa y querían que sus hijas se llevarán bien con las demás para poder sacar provecho de eso.
- Yuna, ¿por qué no van a cenar? Así se conocen más. -habló el señor Lee.-
- Oh, es verdad. Vayan juntas las cuatro a cenar.
- ¡Claro! No veo el por qué no. -habló una de las chicas.- Después podemos ir al cine o a otro lugar a divertirnos, ¿qué les parece?
- Por mí está bien.
- Sí.
- ¿Yuna?
Yuna no pudo evitar que en sus labios se formará una mueca, que para su suerte no fue vista por nadie, ya que tenía su cabeza agachada. Levantó su cabeza, asintiendo lentamente para luego levantarse.
- Bueno, vamos.
Las cuatro chicas salieron de la Empresa, subiendose a un auto, yendo a un restaurante cercano. Al llegar son recibidas por las trabajadoras en aquel restaurante, llevandolas a una mesa vacía. Las cuatro chicas tomaron asiento, rmpezaron a revisar el menú un par de minutos para luego pedir cada una su comida. Por el lado de Yuna, ella sólo pidió una bebida.
Yuna les seguía la corriente, por así decirlo. Quería irse lo más pronto posible, sin duda aquellas chicas no son de su completo agrado.
El tiempo se hacia eterno para Yuna, mientras el par de chicas seguía hablando de una manera algo desagradable.
- Yuna. -llamó una de las chicas.-
- ¿Sí?
- Ya terminamos, ¿qué esperas para llamar a la mesera?
