Estoy en la cama, sé que faltan 10 minutos para que suene el despertador para levantarme, pero prefiero quedarme en la cama hasta que suene, cosas de ser vaga por la mañana. Me quedo pensando en lo que harán los profesores hoy, cada día me sorprenderán más, que si hay un examen de hoy para mañana, de que grabemos un vídeo, etc.
Pasan esos 10 minutos y suena el despertador. ¿Cómo puedo odiar tanto un objeto? Me quedó un momento recapacitando quién es la maravillosa persona, que inventó los horarios por la mañana. Justo al poner los pies en el suelo, escuchó a mi madre chillar:
— ¡Despierta Lawan! Vas a llegar tarde...— dice desesperada.
— Ya estoy despierta mamá, en 5 minutos bajo lista -- digo con la finalidad de que me llegue a escuchar.
Seguidamente, me voy directo al cuarto de baño a tomarme una ducha, antes de entrar me miro al espejo. Mi físico es una de mis mayores inseguridades. Mi cuerpo está aún en desarrollo por lo cual no me quedaré así definitivamente, antes de entrar a la ducha sonrió. Pasaron aproximadamente 3 minutos y yo aún sigo dentro, salgo y cojo una de las toallas que están en el perchero colgado, rápidamente. Salgo del banyo y me dirijo a mi armario. Hoy hace un día caloroso, elegí unos pantalones cortos tejanos y un top rojo. Finalmente, me puse el outfit y me dejó el pelo suelto.
Ya estoy lista, cojo mi bolso y me dirijo a la cocina. Los encuentros desayunando.
— ¡Buenos días a todos! - digo con alegría dirigiéndome a ellos.
— ¡Buenos días Wan! - dice mi hermano contento mientras se toma la leche. Mi hermano me llama así porque cuando era pequeño, para el era más fácil pronunciarlo. Y al día de hoy me sigue llamando así.
— Buenos días, hija - responde mi madre - En 12 minutos tienes clase - dice mirando atenta su reloj.
— ¡Gracias! - digo refiriéndome a los "buenos días" que me han dicho - Mamá no hace falta que me recuerdes que hoy veré a los orangutanes de mis profesores —digo sin ánimo.
— Sí, sí, si lo que tú digas hija, pero date prisa que llegas tarde - dice un poco preocupada.
— Vale, mamá - le digo dándole dos besos en la mejilla. Después me giro a mi hermano y lo veo entretenido mirando los dibujos animados en la tele. Voy hacia él.
— Pórtate bien en el cole —le digo mientras le doy a él también sus dos besos.
Después rápido cojo mi bolso y las llaves de la moto. Se me olvidó deciros que mi madre me regalo una moto en mí 15 años.
— ¡Os quiero mucho! —digo mientras salgo por la puerta, escucho unos "nosotros también" pero no me da tiempo ha contestar y sonrío.
Me pongo el casco rápido y me monto en ella, la hago rugir unas cuantas veces para que se acostumbre y empiezo a conducir. Ya estaba casi a punto de llegar cuando el ruido de una moto, me llamó la atención, mire al lado de donde provenía y vi a un hombre con una Ducati Panigale V4 R roja, mirándome. Antes de que pueda hacer algo me saca el dedo del medio y ruge la moto más fuerte aún, arrancándola y yendo a toda velocidad. Esto me hace quedarme embobada y no reaccionar hasta que los coches de atrás empiezan a claxonearme, y girar desde las ventanas. Empiezo a conducir pensando en lo que acaba de pasar hace unos segundos.
Aparco la moto un poco lejos de los demás, por si algún bruto al coger la suya hace caer la mía. Una vez acabada me dirijo a clase, me doy prisa porque toca con la profesora Raquel. Que si llegas 2 minutos tarde te cierra las puertas delante de tus narices, lo sé porque me lo hizo a mí hace dos semanas. Corro lo más rápido posible, ya solo faltan las escaleras, gira y... Siento un cuerpo chocar contra el mío, de inmediato mi bolso se cae con todo en el suelo.
— Serás sub...- digo, me quedo callada al instante cuando levanto la cabeza del suelo y veo a un hombre un poco alto que yo, ojos marrones claros, pelo castaño y bonita cara. A primera vista se ve muy simpático y amable.
— Encima, no es mi culpa, es la tuya por ir corriendo y no mirar, ¿No estás ciega verdad?— dice con toda la tranquilidad.
En ese momento, ya no podía más, esa fue la gota que colmo el vaso. En este mundo tan grande, me tienen que pasar estas cosas a mí.
— Primero de todo, la culpa es de los dos por no mirar por donde andamos. Segundo baja esos humos, ni que fueras mi madre para contestarme de esa forma. — digo con rabia, sin esperar respuesta de él.
Flexiono las rodillas y empiezo a guardar todas las cosas que se me han caído del bolso. Sin hacer caso de lo que haga y donde vaya. Seguido me levanto a toda prisa, mirando a todos lados, sin rastro de él. Sigo mi camino, que apenas unos segundos ha sido interrumpido por un imbécil, camino rápido hasta llegar a clase. Veo por la ventana a la profesora Raquel. Hoy viene vestida con una falda negra y un top por debajo negro.
Antes de pensármelo dos veces pico a la puerta por el rabillo del ojo veo que se acerca. Me abre la puerta y se queda en silencio.
— ¡Buenos días, profe!— Le digo, con un poco de alegría para que me deje entrar.
Se me queda mirando unos segundo, con una cara de pocos amigos me dice:
— Como verás señorita Lawan has llegado tarde, y es una falta de respecto para mí y para tus compañeros - dice mirando hacia ellos - Es injusto ahora que te deje entrar cuando has llegado tarde y ellos hayan llegado temprano, por eso estarás fuera del aula hasta que se acabe mi clase —esta vez lo dice con una cara de picardía.
— Como usted diga - le digo rápido, para que no note que me molesta.
Hecho seguido la profesora se va y me cierra la puerta delante de mis... NARICES. Ya os lo dije.
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Entre dos mundos.
RomanceLawan es una niña tranquila, amable y honesta. Está enfocada en ella misma y en los deportes, en especial el futbol, tiene pensado acabar el instituto y seguir estudiando en lo que más le gusta, las ciencias. Erick es un niño divertido, burlón, y d...