Eres sólo para mí~ [Catnap x Dogday]

~•Capítulo 5•~

⚠️ATENCIÓN⚠️
CAPÍTULO CON CONTENIDO SEXUAL

(Si no es de tu agrado espera la siguiente actualización)

Quien estaba detrás de la puerta era el perro que venía a hablar con el gato sobre lo que pasó ayer y de lo que siente por él, pero al escuchar los gritos de dolor proviniendo de su casa dudó en si ir o no por miedo, al final decidió ir a ver si pasaba algo.

La puerta finalmente se abrió, para el felino fue una eternidad. Sus ojos se abrieron como platos mientras entraba en consciencia otra vez.

El perro al entrar se quedó paralizado, en shock, viendo a la mapache con la cabeza abierta y con su cerebro hecho pedazos visible y a Catnap empapado de sangre por eso.

—Ah-

El gato se levantó y corrió hacia Dogday. Con sus manos ensangrentadas abrazó al perro algo traumatizado con la mirada perdida.

—No te preocupes... Esto no significa que te vaya a hacer nada...

El perrito no dijo nada.

El felino dejó de abrazarlo y pasó su mano por su mejilla dejando una gran mancha de sangre en el pelo naranja del canino. Seguido de esto, Catnap lo besó una vez más, no le valía con lo de la noche anterior, y cerró la puerta tras eso.

—Cariño... No dirás nada de esto... ¿Verdad~?— dijo acercándose nuevamente a su boca.

El perro seguía sin hablar, trataba de procesar lo sucedido y lo visto aquí.

El gato dejó al perro ahí mientras, con una sonrisa y un sonrojo algo notorio en sus mejillas, fue a limpiar toda la sangre salpicada en su salón.

Después de limpiar un poco, sacó una bolsa de basura para meter dentro el cadáver de la mapache para después ir a deshacerse de ella, ya no servía para absolutamente nada.

El canino seguía sin decir una palabra, ahora, pestañeando un poco y pensando como reaccionar a esto. El gato continuaba limpiando con una sonrisa en su rostro. Cuando la limpieza finalizó, el felino caminó hacia el perrito para hablarle.

—Ay, mi amor ¿No vas a decir nada~?— el gato se pausó para tomar su mano y acercarla a su corazón para que su amigo sienta sus latidos. Esto... Todo esto lo hice por ti, cariño. Estos latidos son de amor... Por ti...— continuó algo entristecido.

El canino trataba de procesar todo lo vivido aquí. Cuando por fin terminó de hacerlo, Catnap soltó su mano y lo empujó un poco para que caminara a su sofá.

—¿P-por qué?...— el perrito preguntó con lágrimas en sus ojos.

—Que "¿Por qué?" Cariño, esto lo hice por ti. ¡PORQUE TE AMO! Pero tú... No lo logras ver...— respondió el minino mirando a los ojos llorosos de su mejor amigo.

Después de decir aquello, el gato procedió a secar con su patita las lágrimas que se deslizaban por las naranjas mejillas del canino.

—No llores, cariño. No tienes porqué hacerlo. ¿Sabes que te podrá alegrar~?— dijo el felino haciendo contacto visual con su amado.

—La verdad no creo poder confiar en tí. L-lo que le has hecho a Raya es...

—Tranquilo, mi amor. Yo no podría hacerte nada así. Eres demasiado importante para mí.— interrumpió el minino acariciando la mejilla de su amigo.