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Había pasado un día desde que “Jungkook” logró escapar de la mansión Kim y encontrar la libertad. Tuvo que esconderse durante un día en un edificio abandonado en las afueras de la ciudad para evitar que lo siguieran.

A primera hora de la mañana salió de su escondite y, después de quemar el auto, caminó unos cuántos kilómetros hasta llegar a un punto de reunión donde había un camioneta color negro con las ventanas blindadas. No dudó y se subió sentándose en uno de los asientos de cuero.

Enfrente de él estaba la dichosa mujer del vestido rojo sosteniendo una copa de vino mientras lo veía con una gran sonrisa en su rostro —Tardaste más de lo esperado—

—Taehyung tardó más de lo que pensé en llegar al sótano, pero todo salió perfecto, seguramente ahora van a encerrarse en su mansión en espera de algún ataque— Se quitó la chaqueta color verde militar que tenía un olor terrible, llevaba usándola días y ya no aguantaba —¿Cómo está mi hermano?—

—Algo callado, no sé qué tanto vivió allí, pero estará bien, cuando lleguemos podrás verlo— Mientras hablaban, la camioneta comenzó a avanzar, dentro de poco alcanzó una velocidad moderada para conducir por la ciudad hasta el otro lado de la misma.

Tardaron aproximadamente treinta minutos en atravesar toda la ciudad sin mucho tráfico, pero no se detuvieron hasta salir completamente de Seúl y llegar dos kilómetros después a una hacienda con diez hectáreas a su alrededor. Pasaron una caseta de vigilancia y tardaron otros cinco minutos en llegar a una mansión de tres pisos, por fuera habían seis ventanas (dos por cada piso) y tenía demasiadas plantas decorativas a su alrededor.

El joven bajó de la camioneta después de que esta se detuviera en la gran cochera donde habían varias camionetas del mismo tipo y color, solo habían cuatro autos diferentes, una Jeep gris, un BMW blanco, un Land Rover azul oscuro y un Cadillac rojo. No esperó a la mujer y entró en la mansión lo más rápido posible, preguntó a uno de los hombres a su servicio sobre su hermano y le indicaron que se encontraba en el jardín. Llegó en pocos segundos, pero el lugar era bastante grande, había un lago artificial en medio del gran jardín y alrededor se situaba su hermano sentado en una de las bancas, veía directamente al lago, por lo que solo podía ver su espalda, estaba encorvado y parecía que no iba a moverse.

—Hermanito… ¿Cómo estás?— Se acercó y se sentó al lado de su hermano pasando uno de sus brazos por el hombro de este, pero su hermano ni siquiera volteó a verlo, mantenía su mirada en el agua.

—¿Cómo te fue en la misión?— Evitó la pregunta haciendo otra.

—Todo salió bastante bien, ya tenemos a los Kim asustados y atentos a cualquier ataque, están vulnerables— No despegó la mirada de su hermano, hace mucho, mucho tiempo que no lo veía de esa manera, estaba muy pensativo, callado e incluso triste —Jungkook… ¿Qué te hicieron en ese lugar?—

Solo así su hermano gemelo volteó a verlo y ambos cruzaron miradas —Nos dijeron que habíamos sido entrenados para soportar cualquier tipo de tortura, nos mintieron, nadie me preparó para lo que me esperaba allí—

Se sobresaltó ¿Acaso esos niños tenían en su poder alguna tortura desconocida para ellos? Probablemente los había subestimado, pues su hermano, uno de los mejores hombres que conocía, estaba hecho pedazos, o eso era lo que se veía —¿Qué te hicieron?—

Jungkook volteó a ver a su hermano —No lo entenderías, Jeongguk. Esto no es algo que pueda explicarse con facilidad, ya que no es una tortura física, sino mental, de las peores, no podría explicar ni siquiera qué pasó exactamente—

Se quedaron en silencio durante unos segundos Jeongguk sin entender muy bien la situación en la que se encontraba su hermano. Jungkook por su parte, estaba pensando demasiado en aquellos días que había estado en el sótano, el tiempo a solas que tuvo con Taehyung y todo lo que compartieron, aunque fuera poca información por la situación en la que estaban. Su mente no dejaba de pensar en él y era extraño, nunca se había sentido así, se suponía que con sus enemigos debía de estar a la defensiva, pero no pudo hablar mal con Taehyung en ningún momento, incluso fue muy complicado mantener la boca cerrada, pues sintió que podía hablar con él de lo que fuera sin sentirse juzgado. En otra situación, a lo mejor podría abrirse un poco más, pero se suponía que Taehyung era su captor, así que tuvo que controlarse bastante.

MAFIA [KTT]  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora