MAFIA [KTT] (EN EDICIÓN)

[07]

Durante un mes entero, Taehyung estuvo yendo una vez al día al sótano para tener su entrenamiento con Jungkook. Al principio fue demasiado incómodo y no se sentía completamente seguro, pero con el paso del tiempo, fue bajando sus defensas y el ambiente entre ellos dos se volvió más tranquilo.

Para él, Jungkook seguía siendo su preso y un enemigo muy probablemente de la mafia de Gong Yoo, no tenía ninguna duda, pero por ahora no tenía pruebas. Pero aún así no se sentía completamente en peligro cuando estaba con él ¿Se estaba encariñando? No estaba seguro de eso, no podía determinarlo así, solo creía que estaba haciendo su parte como líder.

En el mes que había convivido con Jungkook no había logrado que este hablara de su vida personal, era algo que guardaba con mucho recelo a pesar de estar muy abierto a ayudar a Taehyung como se lo había permitido. Aprendió muchas cosas gracias a él, poco a poco fue avanzando y aprendió demasiadas cosas gracias a él; algunas cosas ya las había escuchado de Bangchan, pero otras eran completamente nuevas para él. Por lo tanto, había mejorado demasiado en su trabajo, tenía la cabeza más fría y eso le permitía analizar de mejor manera y tomar decisiones acertadas para su mafia.

Sus hermanos estaban contentos por esto. Momo era la que más notaba la mejoría en Taehyung, si bien le parecía un poco extraño que más rápido de la que había esperado, estaba aliviada y contenta de ver a su hermano adaptarse a su trabajo, algunas veces lo ayudaba, pero la mayoría del tiempo Taehyung se la pasaba solo en la oficina resolviendo sus problemas solo; tarde o temprano Momo y Bangchan se enteraban de las decisiones de su hermano mayor, y por ahora, consideran cada una de estas como acertada.

Ahora que Taehyung no necesitaba ayuda en lo administrativo (Pues seguía entrenando con Bangchan, donde también demostró mucho avance) Momo tenía mucho tiempo libre, así que ella tuvo que encontrar qué hacer durante su día a día. Desde que se había ido de Londres abandonó su carrera, pues quería dedicarse por completo a su familia, pero ahora debía de encontrar algún pasatiempo nuevo. No quería regresar a retomar su carrera, se había cansado de estudiar y eligió dedicar la mayor parte de su mañana en un club donde tomaba clases de pilates e iba a nadar casi todos los días a excepción del fin de semana.

Momo iba llegando del club, estaba muy tranquila. Llegó a su casa en su auto acompañada por los dos hombres que Taehyung le había puesto como escolta, no le molestaba en lo absoluto, definitivamente se sentía muy segura. Abrió la puerta que conectaba a la cochera con el resto de la casa, caminó con su mochila colgada sobre su hombro hasta el comedor.

Taehyung por su parte había salido recién de su oficina después de haber estado toda la mañana organizando el próximo movimiento de su mafia. Algo que se le había ocurrido y no lo habló con Jungkook (pues era un nuevo movimiento de su mafia) era que, no solo fueran una mafia de transporte de materiales ilegales, sino que, con su gran capacidad de armamento y personal, ofrecería sus servicios de protección a aliados, tal y como lo había hecho con Changbin, pero esta vez cobrando una cuota.

Decidió tomarse un descanso después de haber cerrado un trato vía telefónica con la mafia Park y estaba contento con su logro. Caminó hasta el comedor donde escuchaba gritos y una conversación con el tono bastante alto. Él estaba enterado de que Bangchan había invitado a comer a sus amigos, ya llevaban unas horas ahí, pero Taehyung no había tenido la oportunidad de saludarlos por lo ocupado que estaba.

Llegó al comedor viendo a los cuatro jóvenes hablar entre ellos, en la mesa tenían bowls llenos con comida chatarra y parece que habían estado jugando un juego de mesa que ya habían abandonado, pero no habían recogido del todo —Hola, chicos— Saludó con cortesía a pesar de que los conocía desde hace años a los tres. Eran tres años menor que él y nunca había tenido la necesidad de involucrarse con ellos, pero le agradaba la amistad que su hermano mantenía con ellos, los consideraba como buenos chicos.