Esta foto en colores neutros se siente vacía
pero hay vida en cada aspocto de su composición.
A la izquierda hay una plantera hecha de comento que se ubica en la unión entre la pared amarillenta y el suelo poroso. Rellena de una tierra que alimenta a las cuatro pequeñas plantas que se regocijan de flores blancas y amarillas que solo buscan la luz del día.
A la derecha, espera paciente una pequeña silla de madera antigua pintada de blanco que sostiene en su asiento una taza blanca de cerámica llena de un líquido oscuro, amargo y con mucho sabor, que limpia la nariz y hace sentir a las papilas gustativas.
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Self titled
Historia CortaEstas son historias que escribo y que realmente me gustan cómo quedan, me parece una pena desperdiciarlas en una carpeta de drive así que pensé por qué no publicarlas por acá, siempre puede ser que a alguien le inspire de una u otra forma. Ninguna...
