Solo mia

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Alastor sintió aquellos suaves labios de la princesa rozar con los suyos, sus orejas se tensaron y sus ojos se cerraron, respondiendo con ganas a lo que su princesa le estaba pidiendo.

Ya no importaba nada, ni su orgullo ahora sabia que amaba realmente a Charlie despejes de haber ocultado sus sentimientos hacia ella por mucho tiempo

El beso se volvió intenso, Alastor lamió el labio inferior de Charlie con la intención de explorar el interior de su boca, cosa que ella accedió abriendo levemente sus labios. Ella también tenía curiosidad.

El demonio exploró su boca con desesperación, aplastando su cuerpo contra la pared mientras la atormentaba con los labios. Sus manos bajaron hacia sus caderas y las movió hasta sujetarla por los muslos y cargarla hacia un lugar más cómodo.

Diviso el sofá que tenía cerca de la pared y le pareció un buen sitio.

Dejo con delicadeza a Charlie sobre el sofá y se colocó sobre ella, volviendo a unir sus labios brevemente, no podía más, se separaron unos milímetros en busca de un poco de aire

Los dos se miraban sin decir nada, cada uno intentando recuperar la respiración, a la vez que el rápido latido de sus corazones.

Charlie se sentía cómoda, se sentía la tela del sofá en la espalda y a su vez la calidez que le brindaba el cuerpo del demonio sobre ella. Vio como el demonio se quitaba su camiseta lentamente, ella movía sus manos sobre los brazos de Al

Es muy guapo... Pensaba la princesa, perdida en la mirada roja del demonio. Su rostro masculino era fino y elegante, decorado en su mayoría por su sonrisa.

La princesa no paraba de mirar al demonio a cada mirada que le daba, sus mejillas se volvieron más rojas, cosa que no pasó desapercibida por el demonio, que sonrió de lado.

- ¿Que ocurre cariño?– Comento utilizando su conocida palabra. La princesa se sonrojo más

- Al..

- Si –Dijo el, pasando sus manos por su estómago. Plantó un beso justo encima de su ombligo. Recibió un gemido suave por parte de la princesa, quien se tapó la boca.

Eso no le gusto al demonio

- No, Charlie, quiero oírte gemir – Sus ojos se encontraron con los de su chica. Sonrió, pasando una de sus garras por los labios hinchados de la princesa – ¿Gemirás para mi, verdad?

Charlie sintió como su corazón se encogía y sus piernas temblaban. Algo se humedeció en su parte baja y sus pezones se marcaban en su sujetador. Estaba segura que no la haría gemir, la haría gritar

- Hazlo – Dijo, sorprendiéndose de que no tartamudease en ningún momento

Y Alastor lo hizo, con sus garras le destrozó su sujetador. No pudo aguantarlo mucho más, sus manos rozaron aquellos montículos, sus garras se pasearon por sus sensibles pezones haciendo que la chica se arquease y buscase un contacto mayor.

- Tan suave...- Susurro cerca de su rostro. Charlie gimió con fuerza cuando los labios de Alastor tomaron su pezon izquierdo y lo succionó

- Al!! - Sus manos apretaron su cabello con fuerza, tirando de sus mechones rojos. Quería más. Ya no le preocupaba a Vaggie ni lo que era correcto. – Mas!! Al!!

Sus labios fueron cubiertos por los de Alastor con violencia, con deseo y ella gustosa le correspondió con la misma necesidad, notando como algo crecía y se rozaba contar una de sus piernas.

Solamente tú +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora