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El día comenzó... bueno.

— ¡Axozer, devuélveme el teléfono! — Alicia corría tras el nombrado. Este solo reía.

— Estos acaban juntos. — mi pareja se sentó a mi lado mientras hablaba.

— Yo lo veo. — afirmé mirándoles.

Sara bajó las escaleras haciéndose una coleta.

— ¿Y estos? — preguntó la misma.

— ¡Payaso! — se escuchaba desde fuera de la villa.

Esta casa era un caos, pero era la mejor.

Salí junto Álvaro al jardín, visualizando a 8cho y Jokki en la piscina, donde poco después saltó Axozer.

A un lado del jardín, donde habían unas tumbonas, se encontraban Sara y Auron tomando el sol. Al otro estaban Reborn y Alicia viendo a los chicos de la piscina. Imantado y yo estábamos de la mano justo en la puerta, mirando a todos.

— Voy con ellos a la piscina. ¿Vienes? — negué. Me dio un corto beso y se fue quitándose la camiseta hacia la piscina.

No pude evitar no quedarme mirándole, se veía tan bien sin camiseta. Una voz femenina hizo que volviese a la realidad. Era Biyin. Caminé hasta ellos y me senté en otra tumbona.

— ¿Que tal te lo estás pasando? — preguntó la chica.

— Muy bien, la verdad. — sonreí.

— Se te ve. — esta vez contestó Auron.

— Y más a Imantado. — me sonrojé. — nunca le había visto tan feliz como cuando está contigo.

— Cierto, desde que te conoció es otro.

— No creo que sea para tanto. — solté una risilla desviando mi mirada hacia el nombrado anteriormente.

— Créeme, este Imantado no es como el que conocí hace unos años. Se le ve muy feliz. — continuó Auron.

— El amor es lo que hace, querida ___. — Sara pasó por detrás mía abrazándome delicadamente.

Sonreí. Me quedé hablando con Auron. Cada vez la piscina se llenaba más de todos los miembros de la villa. Cerré los ojos para tomar un poco el sol, era blanca como si me hubiesen dado un susto eterno.

De repente noté como si el sol se hubiese apagado.

— Álvaro, quítate del sol. — dije con los ojos entrecerrados.

— Ven con nosotros. — abrí un ojo. Negué. — pues si no vienes tú... — me agarró como si de una princesa me tratase y corrió hasta el borde de la piscina.

— ¡Álvaro, suéltame! — no paraba de gritar. Este solo se reía.

Para cuando me quise dar cuenta ya estaba en el agua.

— ___. — logré oír estando bajo el agua. Tuve una idea. — ___, venga sal. No tiene gracia. — mi cuerpo flotó.

— ¡Sácala! — gritó una voz femenina.

Me sacó del agua y me puso en la hierba.

— ___, respira. — la voz de Alicia se acercó.

— ___, por favor... — esta era la de Imantado. — despierta, por favor. — me zarandeó con suavidad.

— Llamad a una ambulancia. — comentó Reborn.

— Imantado, hazle el boca a boca. — habló Jokki.

— No, no, ese no era el trato. — hablé apoyándome en mis codos. Algunos se quedaron sin entender.

— ¿___? — preguntó mi pareja.

El Atraco | Imantado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora