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La semana pasó rápido, ya era viernes noche. Esa noche saldría de fiesta con Alicia.

— Tata, déjame el pinta labios ese rojo anda. — dijo mi mejor amiga.

— Lo tienes en el tocador. — le señalé desde el baño mientras me desenredaba el pelo. Me acababa de duchar.

— ¿Me puedes hacer los rizos esos de la otra vez? — preguntó la rubia. Asentí en respuesta ya que estaba mirándome a través del espejo.

Me sequé el pelo y me maquillé sencilla, pero con algo más que de diario. Le dije a Alicia que se sentase en el asiento del tocador para poder peinarla.

— ¿Que te vas a poner? — pregunté.

— Traje un vestido negro ajustado, que tiene como un encaje. — asentí lamiéndome los labios.

— Listo, mi amor. — terminé de darle el último toque con laca para que no se deshiciesen los rizos.

Mientras nos vestíamos estábamos dando el concierto de nuestra vida. Duki hacía que nos desconociésemos.

Al terminar nos dimos el último vistazo en el espejo y nos hicimos una foto, la cual subí a las historias de Instagram. Agarré el bolso y tras meter todo lo necesario salimos de casa, para agarrar el metro y llegar hasta la discoteca. Fuimos a la más famosa de Madrid.

Enseñamos la entrada al segurata de la puerta y entramos al local, donde las luces parpadeantes te dejaban ciego nada más entrar. Nos acercamos a la barra y pedimos una copa.

Caminamos hasta el centro de la pista y bailamos enérgicas. Alicia se quedó quieta de repente, como si hubiese visto un fantasma.

— ¿Que ha pasado? — pregunté acercándome a ella.

— No te lo vas a creer, ___. — la miré sin entender. Me agarró de los hombros y me giró, haciendo que mirase a un punto de la discoteca, junto a la mesa del DJ.

— Sigo sin enten... — hasta que lo vi. Ese chico con gorra, que parecía que la llevaba pegada. — ¿Es él?

— Si, ___, es él. — mis ojos no podían creerlo. — ve a hablar con él. — me giré y la miré.

— ¿Como voy a ir? Estás loca. — negué con la cabeza.

— Pues si no vas tú, te llevo yo. — para cuando me quise dar cuenta ya estábamos junto a su grupo.

— Alicia, no, por favor. — supliqué. Pero le dio igual, me empujó haciendo que me chocase con él. — perdón, yo... — alcé la cabeza conectando miradas.

— No te preocupes. — me sonrió. Esa sonrisa perfecta.

— Perdona a mi amiga, es un poco torpe. — comentó, haciendo que la fulminase con la mirada.

— Si, perdóname por tener una amiga tan... — le di un codazo. — imbecil. — sonreí sarcástica.

— Me suena tu voz. — comentó el chico.

— ¿Ah si? — me puse nerviosa.

— Yo sé por qué. — intervino la rubia. El que portaba la gorra la miró intrigado. — ella es Chloe, la rubia de Spain. — tapé la boca de Alicia para que se callase.

— ¿Eso es cierto? — asentí timida. — ¡Que guay! Me encanta como roleas. — dijo con emoción.

— Gracias. — sonreí. — a mi también me gusta como roleas. — se formó un silencio retórico, ya que había música a todo volumen.

— ¿Como te llama' ?

— ___. - contesté. Agarró su teléfono y me lo pasó con Instagram abierto. Supuse que quería que le pusiese mi nombre, se lo devolví.

El Atraco | Imantado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora