Capitulo 3: Manzanas de oro

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Querida hija:

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Querida hija:

No hay cosa que alegre más a un padre que saber que su hija aterrizó sana a su nuevo nido, aunque no esperaba menos de ti, siempre fuiste alguien valiente y trabajadora.

En Karmaland las cosas andan bien, las elecciones se acercan y todos estás muy emocionados, aunque Quackity se sube por las paredes, eso se no tenerte como ayudante y organizadora le está costando pero bueno lo llevará bien, estoy seguro.

Me alegro mucho de que estés bien, pronto pasaré a darte una visita y te daré algún regalito ya sabes cómo soy.

Atte: Tu padre

Post: Rubius sabe que la tarta de manzana echa con manzanas de Adam se las diste tú

El sol resplandecía sobre el pueblo verde, tiñendo todo con su cálido resplandor. Las cosas estaban tranquilas, como era de esperar en el tranquilo refugio de la montaña más alta del pueblo.

Para Xanath, era un día normal en su vida. Recogía los frutos que habían brotado en su invernadero con cuidado y dedicación, asegurándose de seleccionar solo los mejores para su uso posterior. Pero sobre todo, dedicaba gran parte de su tiempo y atención al cuidado del árbol de la vida.

Este árbol no tenía nada que ver con la magia o los ritos especiales, era un majestuoso manzano cuya madera relucía en tonos de bronce, con hojas plateadas que brillaban bajo la luz del sol. Sus frutos, las manzanas doradas encantadas, eran el tesoro más preciado para los héroes del pueblo. Se decía que estas manzanas tenían el poder de devolver la vitalidad y la fuerza a un héroe moribundo, renovando su espíritu y otorgándole una segunda oportunidad para luchar.

Xanath comprendía la importancia de este árbol y su responsabilidad para con él. Cuidaba cada rama con amor y cada hoja con dedicación, sabiendo que el poder de las manzanas doradas encantadas era un don que debía ser protegido y preservado para el bienestar de todos.

Por no hablé de que el  árbol de la vida tenía vida propia nunca mejor dicho, una conciencia que trascendía la simple existencia vegetal. No todos los individuos podían subir a sus ramas y agarrar una manzana como si fuera un acto trivial. El árbol escogía cuidadosamente a aquellos que serían dignos de recibir el don de sus manzanas doradas encantadas.

Solo aquellos cuyos corazones estaban llenos de nobleza y compasión, aquellos que utilizarían el poder de las manzanas para el bien y para ayudar a los demás, eran los elegidos por el árbol. No era suficiente desear las manzanas por codicia o ambición personal; el árbol conocía los verdaderos motivos de cada individuo y solo entregaba su regalo a aquellos cuya intención era pura y desinteresada.

Bruja Mariposa {Tortillaland 2 x tu x Karmaland 5}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora