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~Dame tu mano, sálvame, sálvame...

Jeongin quiso fingir que ese rompimiento no le hizo daño, pero sería mentir consigo mismo, porque le estaba provocando mucho dolor en el corazón.

Apenas tenía ganas de hacer algo, no se concentraba en clases, estaba más distraído en el trabajo que lo normal y ni siquiera trataba de disimularlo. Sabía que debía aparentar que todo estaba bien o llamaría la atención de Dongyul, sin embargo, le costaba demasiado fingir sentirse bien cuando tenía su corazón roto.

—¿No te han llamado? —preguntó Yongbok, cinco días después de que ocurrió todo.

Jeongin dudó mucho en llamar a Yongbok y pedir que se vieran, considerando que iban a escuelas distintas y tenían horarios diferentes. Además, le sentaba muy mal contarle sus problemas, en especial los relacionados al tema amoroso. Sin embargo, no tenía con quién más hablarlos, pues ya tenía claro que Changbin le diría que no era algo tan importante.

Así que recurrió a Yongbok, queriendo desahogarse, aunque fuera un poco. Ahora estaban en el centro comercial, sentados en una mesa, mientras Jisung iba a comprar unas brochetas de cordero a la que los invitó.

—No —suspiró Jeongin, deprimido—, y no sé si eso me hace sentir mejor o peor. Todos los días, despierto con la esperanza de tener un mensaje de ellos, pero...

—Son unos cretinos —contestó Yongbok, tomándole la mano con cariño—. Vendrá un alfa que valga la pena, Innie. Y si no, bueno, ¡qué importa! Los alfas no son tan interesantes.

—¿Eso debería ofenderme? —farfulló Jisung, que apareció con la comida.

Jeongin sonrió levemente al escuchar el chillido de Yongbok, diciendo algo acerca de ‹‹pero tú eres el único que vale la pena, mi Gigi hermoso›› mientras le apretaba los mofletes con las manos.

Le encontró la razón a las palabras de su amigo, después de todo, era cierto. Un alfa no era importante para su vida. Si se lo proponía, podía surgir... Hasta que recordaba las leyes del Estado. Los y las omegas debían encontrar una pareja antes de los veinte años, era una ley.

—Sabes que es imposible —dijo Jeongin, suspirando.

Yongbok dejó de apretar las coloradas mejillas de Jisung, volteándose a verlo. Hubo un breve instante de silencio entre los tres, ese tipo de silencio que parecía anticipar un comentario capaz de cambiarlo todo.

—Jeongin —habló Jisung, con pausa y cuidado—, Yongbok lo ha conversado conmigo, acerca de eso. Si tú lo deseas... —vaciló un momento—, podría tomarte como segundo omega.

La propuesta lo hizo levantar la cabeza en señal de shock, aturdido y atónito por lo que acababa de escuchar. ¿Qué?

Miró de Yongbok hacia Jisung y viceversa, esperando que estallaran en carcajadas y soltaran un escandaloso ‹‹¡es broma!›› entre risas. Pero eso no ocurrió. Jisung seguía manteniendo una expresión seria, mientras que Yongbok tenía la vista baja.

—¿Cómo, hyung? —tartamudeó, desconcertado.

Jisung humedeció sus labios.

—Yongbok lo sugirió —continuó hablando—. Luego de casarnos, planeamos irnos a vivir juntos.

—Hemos... hemos estado viendo una casita —intervino Yongbok, queriendo sonreír, pero se veía muy incómodo. Muy fuera de sí—. Yo pienso seguir trabajando en la clínica de ortodoncia, mientras Jisung estudia y también trabaja en la mecánica de su papá.

Yongbok estudiaba en una preparatoria técnica y se estaba especializando en secretariado. Ese tipo de instituciones eran muy útiles para que los omegas pudieran salir con un pequeño título, y en este caso, Yongbok llevaban realizando su práctica en una pequeña clínica dental. Según lo que le comentó, estaban muy contentos con él y querían contratarlo una vez se graduara. Por otro lado, Jisung trabajaba los fines de semana en el taller de autos de su padre, pero quería estudiar arquitectura en la universidad para mejorar su futura vida con Yongbok.

Monocromía ☘ ChanMinInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora