Malamente

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Capítulo uno: augurio

La surcoreana se encontraba en su oscura habitación un día antes de casarse con el hombre más asqueroso que pudiera existir.

Caminaba de un lado o otro, imaginandose cómo sería su vida después de ese día. Sus manos temblaban y su cabeza dolía un poco.

Se dejó caer en su cama y la pesadez de sus desvelos anteriores hicieron que fuera cerrando sus ojos, entrando en un sueño. Una pesadilla.

Soñaba que se encontraba sobre un enorme abismo, lo único que la podía salvar era un viejo puente de madera, pero el fuerte viento lo movía y tambaleaba cada vez que ella daba un paso.

Despertó de golpe, asustada y con un poco de sudor en su frente derramando pequeñas lágrimas, con sus manos limpió los rastros de lágrimas secas.

Se levantó de la cama y salió de la habitación, caminó por toda la oscura casa hasta llegar a la cocina y tomar un vaso con agua. El agua le supo amarga e inmediatamente tomó algo para el dolor de cabeza. Era insoportable.

Regreso a la habitación y tomó asiento en la silla de su balcón, mirando a la luna llena y al cielo estrellado de esa noche, la miraba con nostalgia mientras se hacía preguntas internas.

Ella sabía que ese matrimonio iba a ser un fracaso, sabía que aquel hombre de veinticuatro años había estado obsesionado con ella desde siempre y sólo le producía una ola de asco el saber que desde el día de mañana compartiría cama con aquel.

Se levantó y dió una última sonrisa a aquella gitana que lograba alumbrar su cara. Era tan brillante, nunca la había visto así.

Con debilidad ingresó de nuevo a la habitación y se recostó en su cama, cubriéndose con su manta hasta la cabeza haciéndose bolita y perdiéndose cada vez más entre las cobijas cuando se movía por el imsomnio.

Su corazón era como un cristalito. Lo oía romperse.

—Iluminame y sálvame—susurró viendo a la luna sobresalir por su ventana, antes de caer dormida después de minutos.

Porque Chaeryeong sabía lo que le esperaba, aún así le dió el gusto a su padre de poder verla de blanco antes de su muerte.

El mal querer | RyuryeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora