10. Exploración

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A medida que el mandato de Tins llegaba a su fin, sintió una llamada irresistible desde las profundidades del universo. La pasión por la exploración le impulsó a abandonar su posición como emperador y embarcarse en una nueva aventura.

Él anunció que no se postularía de nuevo tras dos milenios como dirigente, y trás asegurarse de que las votaciones fueran justas, tomó el gran paso. Agradecido por el amor de su pueblo, que ya era todo el supercúmulo, se despidió de todos y se fue volando, dispuesto a explorar el resto del universo.

Tins había dejado un legado duradero en el supercúmulo. La paz y la justicia que había establecido continuarían siendo pilares fundamentales en la sociedad, pero su viaje no había llegado a su fin.

Mientras Tins continuaba su travesía por el vasto universo, encontró numerosos planetas con características únicas y fascinantes. Cada lugar le presentaba desafíos y oportunidades para aprender y crecer aún más en su poder y sabiduría.

En su primer destino, llegó al planeta Xyjanta, un mundo cubierto por densas junglas y habitado por una raza de seres reptilianos. Allí, Tins se enfrentó a una criatura colosal cuyo nombre se traduce a "El Sombrío", una figura semejante a un dragón que tenía como objetivo consumir al planeta en una eterna noche. Tras una pequeña batalla, Tins logró derrotar al ser y restaurar la paz, ganándose la gratitud de los habitantes.

En su siguiente parada, Tins llegó al misterioso planeta Braenan, un mundo cuyas tierras estaban cubiertas por un océano de piedras iridiscentes y con escasa tierra. Allí se encontró con los Broenones, una civilización avanzada que dominaba a la telepatía. A través de su interacción con ellos, Tins aprendió a controlar y ampliar sus propias habilidades mentales, ganando un mayor dominio sobre la telepatía y la capacidad de leer las emociones y los pensamientos de los demás.

En su viaje posterior, Tins se adentró en el planeta kuukokum, un mundo desértico azotado por tormentas solares y habitado por una raza de seres de fuego llamados los erfyorps. Allí, se encontró con algo parecido a un Fénix, una criatura destructora que solo eliminaba vida. En una épica batalla contra el ave (en la que Tins se contuvo para hacerla más divertida), este descubrió una profunda conexión con el fuego (y otras cosas ardientes), aprendiendo a manipularlo y utilizarlo en su beneficio. Esta nueva habilidad de controlar el fuego le otorgó una mayor fortaleza en futuras batallas.

Visitó otros planetas como Ieryria, un mundo de ciudades flotantes y tecnología avanzada, donde obtuvo un dominio total sobre gases, y a manejar mejor el vuelo no espacial.

También llegó a Drehyd, un planeta oceánico lleno de criaturas marinas inteligentes, similares a gusanos, donde desarrolló una afinidad por el agua y dominación de los líquidos, aumentando su agilidad en ellos.

En cada planeta, Tins se enfrentaba a desafiantes enemigos y superaba obstáculos, lo que le permitía adquirir nuevos poderes y conocimientos. Con cada victoria, su fuerza y habilidades aumentaban, convirtiéndolo en un ser cada vez más poderoso y sabio.

Una vez fue a un planeta de seres motivados por lo material, que tenían a su mundo hecho basura. Estaban destinados a la extinción, y Tins no podía hacer nada. Sin embargo, esto no era lo que los terminaría. Se desató una guerra (nuclear) que extinguió a toda la vida del planeta, una guerra por dinero. La cantidad de razas que tenían destinos similares era alarmante, y Tins se dió cuenta de eso en sus viajes.

Otra vez, fue a una galaxia que estaba dominada por una raza de seres crueles. Aparte de despreciar a todas las demás razas y de esclavizarlas, eran hostiles a todo lo que no conocían. Por lo tanto, mientras Tins visitaba esa galaxia, fue atacado. Esto enfureció a Tins, y sabía como eliminar a la especie. Plantó un nanobot que mataría a suficientes como para que su imperio cayera.

También conoció en sus viajes a un poderoso mago, Denemtium, que le enseñó todo tipo de magia a Tins, y se volvieron buenos amigos. Ese mago era de los seres más ancestrales en el universo, uno de los primeros semidioses, y pertenecía a una de las primeras civilizaciones de ese universo, y era tan sabio como Tins.

A medida que su reputación se extendía por el universo, Tins comenzó a ser conocido como "Ultra viátorem" o simplemente "Viajero estelar", nombre que generaba disgusto en Tins por su simpleza, un legendario héroe que acudía en ayuda de los necesitados y luchaba contra la opresión y la oscuridad. Su nombre se volvió sinónimo de esperanza en los rincones más lejanos del resto del universo.

Tins se aburría de los viajes. No habían muchas civilizaciones interesantes que no hubiera visitado, y realmente las tiranías de nivel galáctico no eran comunes. Este semidiós era uno de los seres más poderosos del universo, por no decir que era el más poderoso, y ya no tenía ningún desafío real. Podía destruir un planeta de un puñetazo y un espadazo de él era mortal para casi todos.

Solo le faltaba un horizonte por explorar, y lo que encontraría no lo decepcionaría. "¿Qué habrá al borde del universo?" -se preguntó Tins, y exactamente a ese lugar fue.

La Historia de un Dios SabioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora