Estas bloqueando el tablero de mi ataúd

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Liang Liang había estado muerto durante cientos de años y no había reencarnado.

En su vida anterior, era también hijo de una familia adinerada. El papel moneda quemado por sus padres era suficiente para que lo gastara en el inframundo por cientos de años. Por lo tanto eligió no rencarnar y sufrir, sino permanecer en su grande y lujoso ataúd.

(El papel moneda es lo que nosotros conocemos como billetes, 💵👄💵)

El ataúd era espacioso, lleno de varios objetos de oro, plata y jade que casi enterraban sus huesos. La apariencia de la tumba y la lápida también fueron construida de manera extravagante. En ese momento se contrataron hábiles artesanos de todo el lugar para tallar pieza por pieza piedras azules de la mejor calidad.

Sin embargo, con el tiempo, la lápida se había perdido. Cuando la gente subía para presentar sus respetos  a sus antepasados, nadie sabía que había una tumba bajo sus pies.

Liang Liang permaneció dentro de esta tumba, sentado en el ataúd todos los días. Cuando se cansaba, se acostaba, y cuando se cansaba de acostarse, se sentaba. Cuando estaba aburrido, iba al cementerio de la cima de la montaña para charlar con los demás.

"Has estado aquí durante cientos de años, y ya debes haber gastado todo tu dinero", le preguntó un pequeño del cementerio, "¿Vas a reencarnar?".

"Hablemos de eso más tarde", Liang Liang agarró un puñado de semillas de melón traídas por los padres del mocoso y las abrió. "¿Y tu?¿Porqué no has reencarnado?".

"Estoy preocupado por mis padres", el pequeño mocoso abrazó el tazón de semillas de melón."Hablemos de eso más tarde".

"Está bien, hablemos de eso más tarde".

Los dos fantasmas continuaron rompiendo semillas de malón.

Los fantasmas que se quedaron aquí tenían sus razones para quedarse.

Pero Liang Liang era diferente de otros fantasmas; La comida ejercía una atracción fatal sobre él. Sus padres también habían muerto por cientos de años, y ya nadie quemaba papel moneda po él.

EL costo de vida en el inframundo seguía aumentando cada día. Para Liang Liang , se estaba volviendo difícil tener una comida deliciosa y vivir una vida cómoda.

Así que Liang Liang tuvo que ser frugal. Los fantasmas en el cementerio comían comidas comunales, él iba allí todos los días para unirse a la comida. Como resultado, cada vez que los ortos fantasmas lo veían venir, agarraban su comida y huían.

"¡Liang Liang, estás aquí para comer gratis de nuevo!"

"Si no comes, no te morirás de hambre. ¿Por qué eres tan codicioso?"

Liang Liang floto allí y chasqueo la lengua.

Sería genial si hubiera un fantasma generoso que pudiera proporcionarle comida y bebida sin preocupaciones. No pidió mucho, solo quería tener una vida fantasmal solitaria donde pudiera sentarse y comer hasta que estuviera lleno, al igual que el pequeño mocoso.

"Pronto tendrás un padre fantasma generoso como ese", el pequeño mocoso le dio unas palmaditas en el hombro con un tono profundo en el cementerio y le entregó una nuez de macadamia agrietada diciendo. "Tal vez esté en camino".

Ese día, cuando Liang Liang fue al cementerio en la cima de la montana como de costumbre, un gran grupo de aldeanos se acerco con palas. El sendero de la montaña, que alguna vez fue tranquilo, de repente se volvió ruidoso y varios pájaros se alejaron volando alarmados de los árboles.

"¡Cavando una tumba! ¡Cavando una tumba!"

Un loro voló alrededor del cementerio, gritando fuertemente. Algunos aldeanos lo persiguieron y lanzaron piedras, lo que provocó que el loro batiera sus alas varias veces y cayera hacia abajo.

"Este loro, ¿de quién aprendió esas palabras? Solo aprende los malos".

"Incluso los loros de esta colina se han vuelto traviesos".

Los aldeanos se frotaron las manos y miraron las hileras de tumbas espeluznantes, luego se dieron la vuelta.

El loro batió débilmente sus alas, tratando de ponerse de pie de nuevo.

"Cavar una tumba ... tos, cavando una tumba ... "

Liang Liang escuchó los gritos del loro y levantó la cabeza casualmente. "¿De quién es la tumba que están cavando? ¿Es divertido?"

"¿Divertido?" El loro, que había caído a la tierra, sus plumas temblaban y no le quedaba fuerza.

"Si"

"Están cavando tu tumba"

(O.O)

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