𝘾 | Carlos Tévez y Danilo Sánchez, dos niños que vivían en Fuerte Apache y tenían una pasión especial por algo, el fútbol.
En éste famoso barrio-también llamado villa 31-éstos "nenes" tendrán que sortear todos los peligros que tiene vivir allí, des...
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Fuerte Apache, 1984
El Cochi, un conocido delincuente del Nudo 1, caminaba por las calles vacías de su barrio. Con una mano sostenía la mano de su novia, Anabella y, con la otra, sostenía un "fierro" cargado, en caso de que algún boludo se hiciera el loco.
— ¿Podés guardar eso? Acá no pasa ni una mosca.—Anabella señaló con disimulo el arma.
— Acá no es seguro ni para vos ni para mí.
Anabella suspiró y se acomodó el pelo hacia un lado como siempre.
Pasaron por el Edificio donde vivían, cruzándose con unas mujeres corriendo despavoridas. Por puro instinto, Cochi puso atrás de el a Ana.
— ¿Ves? Por eso ando con protección.
— No se oyen tiros, que raro.
Haciendo caso omiso a los gritos de la mujer con un acolchado entre brazos, caminaron hasta una plaza donde—aunque fueran más de las 9 de la noche—nenes jugaban a la pelota.
—¿Tus papás nunca pensaron en darte un hermano?
—¿De qué hablas? Sería al pedo traer otro pendejo a la vida para que sufra. ¿No viste como vive el Sebas con su hermanito?
— Ya sé, pero sería lindo cuidar de un pibe.
— Para eso te hago un hijo.
La tomó de la cintura y los dos comenzaron a reírse.
— Sos un boludo.
— Soy tú boludo.
Siguieron paseando, hasta que pasaron por unos tachos de basura y Ana logró oír el llanto de un bebé.
— ¿Oíste eso?
— ¿Qué cosa?
Ana se alejó de Cochi para poder revisar la basura, encontrándose con una bola de mantas, entre ellas, un bebé.
— ¡Mirá! Es un nene.
Cochi se acercó para ver al pequeño infante que lloraba sin parar.
— Qué culiados, ¿Cómo van a abandonar a una criatura así?—la mujer de la pareja sacó al bebé de la basura y le sacó varias capas de mantas de encima.
Cochi miró al bebé con duda, pero, al ver que el niño dejaba de llorar al sentir el calor de los brazos de Ana, sintió como su corazón se ablandaba.
