1

496 64 21
                                    

Fuerte Apache, actualidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fuerte Apache, actualidad

Tomás desayunaba tranquilamente en su habitación mientras leía por décima vez el libro que Cochi le había regalado a los 11 años. Cuando las páginas se empezaron a volver largas y aburridas, decidió dejarlo a un costado y observar su alrededor.

 —¿Danilo estará en su departamento? —le dio una mordida a su 'tortita' y se levantó de su cama.

Salió de su habitación encontrándose con Jorge y la China a punto de tener intimidad en el patio, al estar acostumbrado a que esto sucediera, solo pasó de largo y fue directamente al portón.

Sacó su llave del bolsillo y abrió sin esfuerzo la cerradura.

 —¿Se puede saber a dónde vas, nene?—Ana lo miraba mientras se mantenía apoyada en el auto de Cochi.

 —voy donde Danilo.

 —¿Con el permiso de quien?

Suspiró y se giró completamente.

 —¿Puedo ir a buscar a Danilo, Ana?

La mujer sonrió triunfante y se acercó al menor.

 —Mándale saludos a tu novio.

Tomás enrojeció de la vergüenza tanto que su cara tomó el color de su pelo.

 —Dejate de joder. —le dio un mini empujón en el hombro y por fin salió. —Metida de mierda.

Llegar no fue muy difícil, la verdad que tan lejos no estaban uno del otro.

Subió las escaleras hasta el piso en el que estaba Sánchez y tocó repetidamente la puerta.

 —¡No queremos nada! —oyó la voz de Sebas.

 —¡Soy Tomás, Sebas!

 —¿Cuál Tomás?

 —La que te parió Cochi... —susurró para el mismo y respondió —¡Soy el Colorado!

Se escuchó un ruido y Sebas abrió la puerta, se veía horrible, hasta estaba esnifando algo.

 —Si buscás a mi hermano, está con el Tévez.

Suspiró pesadamente y se fue sin despedirse, a Sebastián no le importó mucho.

Obviamente sabía donde estaba, lo conocía de pies a cabeza. Llegó a la esquina de una concurrida calle en la que el viejo Cachucha gritaba barbaridades a las personas. Al ver que Tomás pasaba se quedó en silencio durante un rato, hasta que se dignó a hablar.

 —Vos, pendejito, sos el hermanito del Cochi.

 —Ajá.

 —¿No me querés dar una ayudita? —el hombre se señaló el pantalón.

COLORADO-ᴰᵃⁿⁱˡᵒ ˢᵃⁿᶜʰᵉᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora