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Fiesta

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Fiesta

Tomás estaba en su habitación, reconsiderando la idea de ir a ayudar a su amigo con su novia. La verdad apreciaba a Tévez, pero no tanto como para estar tres horas esperando a que termine de divertirse con Mariela. Dejó de darle vueltas al asunto y se cambió rápido de ropa ya que el Cochi casi que lo había amenazado de ir con ropa por lo menos un poco formal al cumpleaños de su amigo. Salió de la pieza con la mejor onda de todas (una cara de pocos amigos que hasta a Danilo le asustaba a veces) y salió disparado a la casa de Tévez antes de que su hermano, el cual ya estaba de fiesta, se diera cuenta de su ausencia.

Llegó justo cuando Danilo y Carlos estaban alejándose del bloque, así que se tuvo que apurar así no lo dejaban.

- No corran gorreados, ¿No ve que tengo menos físico que una tortuga?-les gritó el pelirrojo.

-¡Tomi! Pensé que el Cochi te había encerrado.-Danilo paró para esperar a su "amigo".

- Apúrense, que la Mariela me espera.

Los dos asintieron y siguieron caminando, hasta que Tévez se despidió y los dos se quedaron como guardaespaldas del moreno.

No tardaron mucho en ver que Mia, la amiga de Mariela, estaba afuera de la casa también seguramente esperándola. A Danilo por su parte no le gustó esto, así que decidió distraer a Tomás

-¿Vamos al cumpleaños después de que este termine?-Danilo se sentó sobre unos ladrillos.

- Si, igual no sé si el Cochi me va dejar quedarme hasta tan tarde.-suspiró mientras acariciaba a un perro callejero.

- Vení.

Tomás lo miró para verificar si le decía al perro o a el, pero decidió acercarse igual. Danilo por su parte se movió más a la orilla para que entraran los dos.

- Cuando tenga novia no voy a hacer esto.-señaló la casa.

-¿Hacer que? ¿Estar con ella?-levantó una ceja mirando a la casa.

- No, dejar a mis amigos de guardias afuera.-se quedó callado un momento y luego apoyó el puño en la rodilla de Tómas, llamando su atención.- Nunca dejaría que vos estuvieras solo esperándome.

- Ni aceptaría ayudarte igualmente.-le sonrió.

Danilo le pegó un codazo y los dos se rieron. Segundo después, el silencio se apoderó de los dos, Tomás empezó a aburrirse, así que se levantó y se acercó sigilosamente a Mia.

—Hola, vos sos amiga de Mariela, ¿No?

—Ay, hola. Si, la estoy bancando por i viene su papá, ustedes seguro hacen lo mismo.

—Si, vine porque estabas sola y bueno, me daba cosa.

—Gracias, que lindo que sos.

—Jaja, gracias por el halago.

COLORADO-ᴰᵃⁿⁱˡᵒ ˢᵃⁿᶜʰᵉᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora