III

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Jimin miró de reojo al rubio que se encontraba a un lado de él mientras apuntaba el arma, que ágilmente le arrebató hace unos segundos, volviendo su mirada al guardía que seguía estático en su lugar viendo el cuerpo ya inerte de su compañero sobre el frío piso.

— Será mejor que sigan su camino — su voz sonó rasposa y demandante, dirigiéndose a las personas detrás de él —, vete de aquí y no mires atrás — habló dirigiéndose, ahora, al guardía, quién tardó unos segundos en darle sentido a sus palabras y sin pensarlo mucho salió corriendo de aquel pasillo manchado de sangre y algunos  cuerpos sin vidas a su alrededor.

— No creo que fuera sido una casualidad encontrarte aquí, Minie — habló, aún con su sonrisa torcida, observando el perfil del pelinegro y viendo su cabeza con un vendaje blanco alrededor sintiendo curiosidad de saber qué le había pasado está vez.

— No me importa lo que creas — giró sobre su eje, quedando frente al rubio —, será mejor que te vayas o, ¿Esperarás a que llegue la policía? No creo que tarden mucho, Nie — exclamó con un deje de burla en su voz, enarcando una ceja.

El rubio rió y mordió su labio inferior, viendo la imagen tan sexy del pelinegro a solo unos pasos de él, aún con su arma.

— Señor... — llamó uno de los hombres vestido de enfermero, viéndose realmente bien con aquel traje.

— ¿Qué? — preguntó filoso, sin apartar su mirada del chico frente de él.

— Se escuchan las sirenas de la policía hacía acá, debemos irnos.

— ¿Minie? — preguntó y solo observo un leve asentimiento de parte de éste y dió las indicaciones para salir del edificio sin que se dieran cuenta.

Jimin sentía el frío de la noche sobre su cuerpo ya que aún tenía la bata de hospital y no es muy abrigadora que digamos, mantenía sus pasos firmes mientras agarraba con fuerza el arma en su mano. Iba justo detrás del que se hacía llamar "Nie".

Nie era su apodo, pocos conocían su verdadero nombre y, aún así no vivían para contarlo ya que se deshacía de ellos, o por orden de su jefe o por pura diversión.

El rubio siempre fue lo que es hoy en día, tuvo que serlo ya que cuando era tan solo un niño de 10 años fue víctima de su propia familia (si es que se les pude decir así ), ya que estos lo usaban, ya fuera como juguete sexual o como saco de boxeo, pero nunca como un miembro de aquella "familia". Una noche de verano llegó a su límite y su detonante fue cuando su madre lo quería obligar a estar con un hombre, asquerosamente viejo y con dinero.

Esa noche sacó de abajo de su cama el cuchillo, que ágilmente había escabullido hasta su habitación, esa noche cuando el hombre entró por él, lo apuñaló repetidas veces en el pecho y luego, lleno de sangre en sus manos y algunas gotas en su rostro fue por su "familia" y los asesinó de una manera devastadora y cruel (merecido la verdad). Sintió libertad cuando los sometió y una sonrisa siniestra se dibujo en su rostro al ver la sangre carmesí cayendo de los cuerpos de las personas que tanto daño le causaron.

Aquella noche conoció a aquel niño de 9 años que le ofreció su mano sin dudar, sin preguntar por la sangre en su cuerpo y mucho menos le importó que podría haber sido peligroso para él. Sin embargo, no fue así y hasta el sol de hoy son tan unidos y conocidos por sus grandes negocios en el mundo empresarial y muchos otros negocios....

Caminaron pasillo abajo hasta llegar a unas camionetas negras que se encontraban en la oscuridad de aquel edificio abandonado que hacía parte del hospital pero no lo utilizaban. Subieron en los vehículos, varios dónde se encontraba el rehén y los demás en los otros autos, Jimin quién sin duda se subió de copiloto al auto de Nie, soltó un suspiro de alivio al sentir la temperatura cálida del auto.

— Debemos ponernos al día, Minie — anunció, serio y mirando al pelinegro quién solo asintió levemente, y luego encendió el vehículo para partir hacía su destino.

***

—..... ¿Qué opinas? — preguntó emocionado con respecto a sus ideas de remodelación a su departamento.

Observando como su novio, de nuevo, se encontraba con la mirada perdida hacia algún lugar menos en él. Desde que había llegado lo único que hacía era pensar en su mejor amigo y arrepentirse de dejarlo en el estado que estaba.

— ¿Taehyung? — volvió a llamar a su novio, mientras soltaba su mano y en sus ojos se dibujaba una expresión de tristeza.

— ¿Mhmm? Lo siento, no te escuché — miro a su compañero y pudo notar sus ojos cristalizados y una expresión que llevaba días viendo y no le gustaba para nada porque siempre terminaban en discusión.

— Desde que llegaste nunca me escuchas, no me sorprendería que justo ahora estés pensando en él — su voz temblaba y una lágrima traicionera caía de sus ojos —, no pienso decir absolutamente nada....eres conciente de todo el daño que te estás causando y me estás causando y, aún así sigues pensando en él, ¿Crees que el se encuentra sobrio justo ahora como para pensar en tí? — le dolía, le dolía ver al que considera el amor de su vida, sufrir por una persona que nunca supo escoger una buena decisión —....te alejastes porque dijistes que querías sanar esas heridas y mírate, ¿Qué avance has tenido? Ninguno porque tu mente sigue estando allá.

Su voz re rompió, Taehyung no sabía en qué momento las lágrimas empezaron a caer de su rostro. Pero, aunque le doliera, sabía que Yoongi estaba diciendo la verdad y era él quién no había dado ningún avance y con eso no solo se lastimaba a él, sino también a Yoongi que había sido testigo de todos esos años de lamentos y aún seguía junto a él. No podía quedarse atascado, iba a sanar para poder vivir en paz y esa decisión ya estaba tomada.

— Iré a terapia — fue capaz de pronunciar con la cabeza inclinada.
















¡Que tengan una feliz noche!

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¡Nos leemos! ✨

𝐇𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚𝐬 ~ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora