Por generaciones los Weasley habían pertenecido a la casa de los valientes de corazón, a Gryffindor. Pero con la llegada de Tassia Weasley a Hogwarts pareció que ella llegó para ir en contra de todo lo que en su familia había sido por décadas.
¿Que...
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— GUERRA COMENZADA —
El nombre que el mortifago le había dado la había dejado pensando, tratando de recordar si alguna vez lo había escuchado, pero, no lo recuerda.
En cambio, el apellido alguna vez había sido pronunciado por Molly Weasley y de aquella manera se refirió a ella.
— Vamos, Tassia — Ginny la tomo del brazo y la puso de pie, mientras Daphne salía de su escondite.
El mortifago ya no estaba.
— Salgamos de aquí y busquemos al resto — Daphne hablo, ambas hermanas asintieron y salieron de aquella habitación.
El silencio hacia que el momento se sintiera aun mas temeroso, pensaban que en cualquier momento algún mortifago iba a maldecirlas de cualquier lado y preferían estar alertas.
Entraron a una habitación y vieron que se encontraba el resto ahí, Ron parecía de alguna manera ido, Hermione estaba inconsciente, Neville parecía que se había lastimado la muñeca y Luna tenia aquel aspecto el cual parecía que se encontraba ahí por error.
— ¿Lo puedes creer, Daphne? — le decía Ron a la rubia. — Vimos a Jupiter de cerca, el planeta, Jupiter y sus anillos.
Después, el gemelo de Tassia empezó a reír y Daphne miro a todos, tratando de que alguien le diera alguna explicación de lo que sucedió, pero, nadie parecía dispuesto a dársela ya que todos parecían recomponerse de los diversos ataques. Pero de algo estaban de acuerdo todos, debían salir de ahí.
Entre Tassia y Daphne agarraron a Ron de cada brazo, y salieron de la habitación. No tardaron demasiado cuando nuevamente se encontraron con los mortifagos. Tassia saco su varita y Daphne, bajo ordenes de la pelirroja y Harry, se refugio junto con Ron bajo una mesa.
En aquel pequeño enfrentamiento lograron romperle el tobillo a Ginny, hicieron sangrar la nariz de Tassia y Harry se había llevado un buen golpe contra la pared. La única que no había sido dañada fue Daphne, todos comprendían que nadie debía verla ahí.
— Esta hermosa tu sobrina, Elias — dijo una voz siseante, al voltear todos lograron ver a Bellatrix Lestrange, aquella prófuga estaba demente.
— La viva imagen de Edara pero, pelirroja como Arthur — decía otro mortifago, Ginny y Tassia compartieron una mirada al escuchar el nombre de su padre.
— ¿Que tiene que ver mi padre en esto? — soltó Ginny. — ¡Azkaban los dejo trastornados!
Los mortifagos ahí rieron al ver a la pequeña Weasley mostrarse muy valiente.
