Capítulo 8

170 20 0
                                    

🩶

Entraron a la sala del juez Kasem Phanit, cinco minutos antes de la hora establecida, una al lado de la otra en un alarde de fuerza para todo aquel que las miraba; Freen llevaba un traje azul noche con un almidonada camisa blanca y su cabello perfectamente alisado, mientras que Becky llevaba un vestido de crepé elastizado en color beige, un ligero maquillaje y su cabello recogido en una coleta, estaba tan cambiada que los padres de Som casi no la reconocieron cuando ambas mujeres pasaron a su lado camino a tomar asiento en la primera fila del lugar.

-Estás con todas tus facultades en funcionamiento, ¿verdad Engfa o anoche te acostaste tarde?.-preguntó Freen levantando una ceja.

Le parecía molestar un poco a su amiga, a pesar del motivo por cual estaban ahí, Freen quería aligerar el ambiente consiguiendo hacer sonreír a Becky.

-Como haya pasado la noche no es de tu incumbencia Freen y estoy en perfectas condiciones para funcionar durante los próximos segundos; porque créanme que después de la charla preparatoria, que estoy segura Bunmi le dio al juez de la horca ésta mañana, ese es el tiempo que se tardará en revocar la libertad bajo fianza de Som.-dijo Engfa con alegría.

-Rebecca Armstrong debería darte vergüenza, pavoneándote como una zorra cuando tu marido se enfrenta a una acusación injusta; ya es hora de que recuerdes cuál es tu sitio, tú y yo tenemos mucho de que hablar mientras tu marido vuelve a casa.-dijo Som padre tomándola del brazo.

-Señor no sé quién es usted, pero si no la suelta me veré obligada a hacerlo por usted.-dijo Freen en voz baja, desafiándolo con la mirada.

-¿Me está amenazando?.-preguntó Som padre.

-No, sólo le estoy advirtiendo que le romperé todos los huesos de la mano mientras le doy una clase de anatomía si no la suelta ahora mismo.

-Freen, no pasa nada.-dijo Becky en tono de ruego, mientras echaba su mano hacia atrás para hacer contacto en un intento de calmarla.

-Sí que pasa Bec, nadie volverá a tratarte de ésta forma y menos este ser despreciable al que nadie le ha enseñado modales ¡Ahora, suéltela!.-dijo Freen con más agresividad avanzando un paso hacia el hombre.

La expresión en sus ojos le dijo al hombre que aquello no era ninguna broma, de modo que soltó a Becky, estaba claro que la pelinegra era el guardián de la castaña y no tenía ganas de descubrir si era capaz de cumplir con aquella advertencia.

-Rebecca sabes que tengo razón, tienes que detener ésta locura y volver a casa como corresponde; ya sabes como es Som, no lo ha hecho a propósito y lo siente si te ha hecho daño, ahora eres una Saetang así que vámonos.-dijo Som padre, probando con una táctica más amable.

Becky se colocó al lado de Freen quién la rodeó por la cintura, sintiendo la misma seguridad que en aquella parada de autobús tantos años atrás, Freen la mantendría a salvo.

-No, ahora estoy en casa y no volveré a la vida miserable que tenía antes, tu hijo es un animal que nunca más tendrá la oportunidad de hacerme daño.-dijo Becky elevando su rostro, sintiéndose fuerte por tener el valor de plantarse ante el hombre que había temido tanto a igual que a su marido.

-A veces la vida te da sorpresas Rebecca.-fue lo único que respondió el hombre antes de volver a su lugar al lado de su esposa.

Desde su lugar observó como se comportaban las dos mujeres, la forma en la que Becky se apoyaba en la mujer sentada a su lado y la forma en que ésta le hablaba suavemente intentando consolarla; en ésta relación había algo más de lo que estaba dispuesto a reconocer en ese momento, pero antes de poder seguir pensándolo tenía que averiguar quién era esa mujer con aire amenazante.

BROKEN HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora