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New Orleans, un lugar que por las mañanas era animado, un chico moreno con cabello castaño y unos lentes caminaba por los ya conocidos callejones, saludando a las personas que vendían víveres o decoraciones, con su característica sonrisa, deteniéndose de vez en cuando para decir un halago o responder las preguntas que le hacían
-¡Oh, Alastor! Es bueno verte-
Pronunció una de las chicas que vendía pan en uno de esos puestos
-Buen día, querida. ¡El gusto es mutuo! Te ves particularmente espectacular el día de hoy-
Una risa nerviosa por parte de ella y así, se ganaba el corazón de todos, se inclinó en una leve despedida y continuó su camino, eran las 8:46am, a las 9am tenía que estar en su trabajo, es locutor de radio famoso. Tenía sus horas perfectamente calculadas, incluso para cada halago, a excepción de esto que se cruzó por su camino.
Un pequeño chico corría con velocidad pero tal vez por la adrenalina de estar yendo rápido, alguien lo impactó con un poco de fuerza desde atrás, probablemente no le había dado tiempo de detenerse a tiempo, Alastor volteó a ver curioso
-¡L-Lo siento!-
Un pequeño hombrecillo jadeaba nervioso, inclinó la parte superior de su cuerpo tratando de recuperar si quiera la mitad del aire que se le había escapado de los pulmones, no solía ejercitarse mucho.
La belleza que representaba al chico era casí angelical, Alastor no se consideraba alguien homosexual, ni siquiera estaba interesado en amoríos, sin embargo, sintió una sensación totalmente nueva al verlo, alzó su pequeña cara y pudo notar sus mejillas rojas por el cansancio, sudando ligeramente, sus orbes abiertos y grandes como si fuesen dos platos, dándole una mirada tierna, su pequeña cara y estatura, a la vez que su delgado y "femenino" cuerpo se adaptaba perfectamente a sus razgos, era realmente atractivo.
-¡Buen día! No te preocupes-
Sonrió Alastor nuevamente al notar que su sonrisa se había esfumado ligeramente el perderse en sus pensamientos, pasaba todos los días a la misma hora y nunca lo había visto, era probable que ese chico era nuevo, le interesó aquél chico así que sin importarle mucho que se estuviera atrasando, le compró un agua y se lo convidó
-¿Está bien? Tendré el atrevimiento de preguntar, ¿A dónde va con tanta prisa? No lo he visto por las calles de Nueva Orleans-
El más bajito agradeció y bebió un poco de agua, cuando finalizó comenzó a caminar un poco rápido pero haciéndole seña a Alastor para que lo siguiera
-E-Es que no me puedo dar el lujo de tardar, apenas me mudé aquí con mi hija y me atrasé ligeramente al irla a dejar, sería mi primer día de trabajo-
