Capitulo 8

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Al cerrar el trato con Elias, me dirigí hacia la camioneta con Filos. De camino a la hacienda, llamé a Ian para contarle la noticia de que todo había salido bien, en ese momento una camioneta se atravesó en frente de la nuestra y 2 hombres encapuchados bajaron y se dirigieron hacia nosotros. Uno abrió mi puerta y me aputaba con un arma.

-¡Bajate!-gritó

Yo baje nerviosa con las manos en alto

-¿Quienes son ustedes?-grité

El hombre encapuchado me acorraló y yo choqué con la puerta de la camioneta mientras el me apuntaba con su arma.

-No te preguntes mamacita y camina.

-¡Noo!-grité y forcejee con el

En ese momento metí la mano por la ventana de la camioneta y pude agarrar mi arma que estaba en un costado de la puerta de la camioneta y lo apunté.

-Aléjate si no quieres que te mate.-lo amenace

Mis manos temblaban y mis piernas también. El tipo se acercó más y un tiro se me escapó de mi pistola, el hombre cayó al suelo con un balazo justo en el hombro. Yo jadeaba nerviosa. Cuando sentí unas manos en mi espalda y me jaló con fuerza, hizo que tirara el arma en el suelo. Otro tipo bajó de la camioneta y se acercó a mi.

-Vaya, vaya. Igualita al papá.

Era Benjamín Martínez. Lo reconocí por un par de fotos que Ian me había enseñado. Yo le miré seria.

-Necesito que me acompañes modelito.-rió-Tráela-le ordenó a su hombre

-Camina mamacita

Yo forcejeé con el, pero fue inútil, me subió a su camioneta y me pusieron una capucha. Durante el camino...

-¿Que es lo que quieren conmigo?-grité-Suéltenme

-Solamente quiero hablar un par de cosas contigo.

-Sabe que yo también.-contesté furiosa

-Cuando lleguemos nos tomamos un tintico y conversamos a gusto.-ironizó

Al llegar, uno de sus hombres me bajó de la camioneta

-Llévenla a la bodega y amárrenla, se ve que no se queda quieta.-dijo Benjamín

-Si señor.-contestaron

Me empujaron hasta la bodega y me amarraron en una silla, me inmovilizaron por completo y me quitaron la capucha.

-Suéltenme-grité

-Eso no se va a poder modelito-dijo uno de sus hombres mientras reía.

En ese momento Benjamín aparecía

-Que impredecible que eres... Alma, ¿cierto? ¿O me equivoqué de modelo?

-No, no se equivocó, Alma Prandi señor don judas.

-Más respeto pequeña...

-¿Respeto?-reí a carcajadas-No me haga reír. Respeto a usted, un puto traidor de mierda.

-Mira niñita.-me agarró del cabello con fuerza-No me hagas perder la paciencia tan rápido, no querrás acompañar a tu padre tan rápido, ¿o si?

-Malparido.-le dije-De igual manera me vas a matar, ¿o no? Ándale, no pierdas tanto el tiempo.

-Tienes agallas-rió-Todavía no te voy a matar. Quiero verte sufrir un poquito y que me contestes unas preguntas.

-No te voy a contestar ni mierda.-grité furiosa

Querida AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora