En medio de un entorno turbulento y silenciosos secretos se encuentran Jungkook, en el poder de una familia enigmática y Jimin, un joven artista con un corazón repleto de palabras no pronunciadas. A pesar de ser privado de su voz a causa de un traum...
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Park lo miró atento mientras Jeon deslizaba la brocha entre ellas pintando la pared, para seguir la forma de su silueta.
Fue ascendiendo lento para trazar el borde de sus muslos, caderas y brazos. Arrastró la mesa de ruedas que contenía las pinturas para tenerla cerca y sumergió sus dedos dentro del rosa. Se veía demasiado bonito y fluorescente.
Jimin cerró los ojos con los labios entreabiertos porque el rápido ritmo de su corazón le asfixiaba. Quería ver a Kook pero estaba muy apenado.
Jungkook regresó a Jimin viéndolo de frente. Llevó sus dedos pintados a su cuello y lo acarició sutilmente con una sonrisa malvada. Deslizó el pulgar por la parte delantera de su cuello ascendiendo sobre su manzana de Adán. Lo sintió y vió tragar pero continuó subiendo hasta su mentón estirando su cuello.
Park abrió sus ojos finalmente siendo arrastrado por la curiosidad y se quedó mirando fijo a los de Jeon.
Kook pasó su pulgar por su labio inferior manchandolo de rosa fluorescente. Se apartó para ver su obra.
El rubio no sabía ya ni a dónde mirar, solo se sentía con mucho vapor.
—Me gusta. —El más alto lo señaló como si viera una escultura. Como un turista en un museo descubriendo un arte nunca visto.
Jimin le dió la espalda muy apenado y miró el resultado. Era muy bonito. Levantó el pulgar en esa posición y Jeon rió.
El menor siguió rellenando la silueta de Kook, mojó el pincel en amarillo y comenzó a imitar los girasoles de Van Gogh. Sobre todo en el centro del pecho de Kook. Subió a la parte de su cabeza y allí también pintó.
Jungkook se rascó la nuca apenado, siendo consciente de que se estaba pintando a sí mismo sin quererlo. El karma actuaba de forma rápida. Se rió de su propia torpeza. Ahora parte de su cabello brillaba en rosa.
—¿Son los girasoles de Van Gogh? —Preguntó viendo las tonalidades amarillas y azules.
Jimin se giró para verlo y sonrió Movió la cabeza respondiendo afirmativamente. Añadió mariposas en tonalidades de amarillo más vibrantes. Todo en su estómago y pecho. Así quería que se sintiera Kook con su compañía.
—¿Sabías que el azul fue más caro que el oro? Sobre todo el azul ultramar. La mayoría de los pigmentos se extraen de la naturaleza, como hojas para hacer verde o tierra para hacer marrón. Pero no se puede agarrar un pedazo de cielo o de océano para el azul.
Le habló viéndolo pintar. Estaba amando cada uno de sus trazos.
—Entonces lo crearon a través de la piedra Lapislázuli. Pero solamente se encontraba en Afganistán. Así que se volvió un color muy codiciado en Europa durante la edad media. Creo que... eres como el azul ultramar.
Jimin detuvo lo que hacía y quedó boqueando. ¡Dios! Quería llorar, gritar, saltar, besarlo, todo al mismo tiempo. Se sentía como un montón de confeti queriendo salir de su cuerpo en un estallido.
