"Su niñez fácil no fue, a la luna le pidió que calmara su dolor"
˗˗˗˗˗˗˗˗˗˗˗ˏ𖥸ˎ˗˗˗˗˗˗˗˗˗˗˗
𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 1: 𝓝𝓪𝓾𝓯𝓻𝓪𝓰𝓲𝓸 𝓮𝓷 𝓐𝓰𝓾𝓪𝓼 𝓓𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓲𝓭𝓪𝓼
El sol abrasador de Shurima golpeaba con saña la arena dorada, creando un espejismo que distorsionaba el horizonte. Un hombre , con el rostro cubierto por un manto negro y siendo golpeado por el viento y la arena, corría a toda prisa, sus pies ligeros levantaban pequeñas nubes de polvo a su paso. No miraba atrás, sabía que era inútil. Los gritos guturales y desgarradores de sus perseguidores resonaban cada vez más cerca, un rugido que helaba la sangre. Su viaje, aunque era largo y arduo, estaba guiado por la determinación que ardía en sus ojos.
Había pasado cerca de una semana cruzando el desierto, sorteando peligros y enfrentando criaturas hostiles, extrañas y aberrantes. Su objetivo era llegar a "si" podía, a la ciudad de Shurima, donde esperaba encontrar respuestas a las preguntas que lo atormentaban pero especialmente en busca de alguien. Pero ahora, su única preocupación era sobrevivir.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. Se encontró con un pequeño grupo que, a primera vista y pre juiciosamente, parecían Deltas, los "mercenarios" quienes lo perseguían eran implacables, no se detendrían por nada. Sus armaduras brillaban bajo el sol y sus lanzas eran tan afiladas como la navaja de un asesino apunto de atacar. Él sabía que por su estado actual no podría enfrentarlos en combate, al menos no ahora. Su única esperanza era encontrar un lugar donde esconderse, un oasis o una cueva donde pudiera descansar y recuperar fuerzas. Estos mercenarios eran conocidos como "Los Carroñeros de desierto", cuyo sustento provenía del pillaje o hurto y secuestro de omegas, o se rumoreaba que hasta peores cosas eran capaces de hacer.
Corrió durante un par de incesantes minutos, sin parar, sin mirar atrás. El sol quemaba su piel y la arena se le metía en los ojos y la boca. Sus músculos comenzaban a fallarle y su corazón latía con fuerza en su pecho. A lo lejos, divisó una pequeña formación rocosa que sobresalía de la arena. Tal vez allí encontraría el refugio que tanto necesitaba. Acelerando el paso, dirigiéndose hacia las rocas con la esperanza de encontrar una cueva o un recoveco donde esconderse. Sus perseguidores se acercaban, sus gritos eran cada vez más fuertes. Podía sentir el calor de sus respiraciones en su nuca.
Finalmente, llegó a las rocas y se deslizó entre ellas, buscando un lugar seguro. Encontró una pequeña formación rocosa saliendo del piso, en forma de especial, que confundió con una cueva, apenas lo suficientemente grande como para que él pudiera caber. Se acurrucó en el interior, jadeando por la carrera y tratando de calmar su ritmo cardíaco.
Afuera, "Los Carroñeros" lo buscaban desesperadamente. Sus voces resonaban en las rocas, llenando el aire de terror. Aquel hombre se quedó en silencio, conteniendo la respiración, esperando que lo pasaran de largo. Los segundos se convirtieron en incesantes y pesados minutos y la tensión era insoportable. Él sin sabía cuánto tiempo podría aguantar allí, escondido en la oscuridad. Su cuerpo dolía y su mente estaba nublada por el cansancio.
Su corazón latía con fuerza en su pecho, un ritmo frenético que acompasaba el rugido de la adrenalina en sus venas. "Los Carroñeros" , seres despiadados con colmillos afilados y ojos que brillaban con una crueldad antinatural, lo habían acorralado. Su cuerpo, curtido por la batalla, se encontraba tenso, listo para el combate. Sin embargo, a pesar de su entrenamiento y su experiencia, el miedo se manifestaba en un sudor frío que perlaba su frente. La muerte, una realidad tan cercana como la punta de las lanzas que lo rodeaban, le susurraba al oído, un silbido fue lo ultimo que oyó.
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𝓐 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 𝓵𝓮 𝓹𝓲𝓭𝓲ó 𝓺𝓾𝓮 𝓬𝓪𝓵𝓶𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓾 𝓭𝓸𝓵𝓸𝓻│OMEGAVERSE
FanfictionFan art de la portada: @gazin1234 𝓐 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 𝓵𝓮 𝓹𝓲𝓭𝓲ó 𝓺𝓾𝓮 𝓬𝓪𝓵𝓶𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓾 𝓭𝓸𝓵𝓸𝓻 En las vastas tierras de Runaterra, dos guerreros de diferentes mundos se encuentran unidos por un destino inesperado. Aphelios, un noble Lunari...