█▓▒­░░C░A░P░Í░T░U░L░O░ ░3░░▒▓█

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𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 3: 𝓒𝓪𝓶𝓹𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸

Un ruido repentino los sobresaltó. Un golpe seco resonó en el techo de la camioneta, seguido de un silencio expectante, aquel hombre con sus sentidos alerta, se limitó a sonreír con ironía.

- Ah, el pequeño- dijo con tranquilidad. -Parece que estaba demasiado cansado para seguir por su cuenta-

El Lunari observó hacia el techo de la camioneta, donde se suponía que el pequeño dormía. La imagen del pequeño cachorro acurrucado bajo la luz de la luna despertó en él una ternura inesperada.

- ¿Dormirá allí? -preguntó con voz baja, dirigiendo su mirada hacia K'sante.

K'sante, con una sonrisa tranquila y radiante, respondió con seguridad:

- Por supuesto- dijo con voz serena. -Aprovechará el viaje para descansar un poco. No te preocupes, no molestará a nadie. De seguro su madre se percatará y lo bajará para dormir con ella.- 

Aphelios, aún con dudas en su mente, no pudo evitar sentir una pizca de intriga en sus palabras, mas sobre la madre el pequeño, a demás la idea de que ese vastaya estuviera tan pegado a ellos, aun le daba algo de desconfianza aunque fuera solo un niño, no dejaba de ser un Vastaya que trato de atacarlos.

Sin embargo, la curiosidad lo invadió.

- ¿A qué te refieres? -preguntó en voz baja.

K'sante, con una mirada pícara, detuvo la camioneta.- Déjame te lo demuestro-, dijo con un tono juguetón.

Con movimientos suaves y precisos, K'sante comenzó a dar palmadas en los hombros a su acompañante, que estaba durmiendo en la silla de copiloto.

De pronto, un sonido peculiar rompió el silencio. Suaves palmadas resonaron en la camioneta, dirigidas hacia la ventana del asiento del copiloto donde Neeko, la traviesa Vastaya, yacía profundamente dormida.

- Neeko, despierta- susurró K'sante con voz calmada. -Tu pequeño aventurero está durmiendo en el techo otra vez.-

Neeko, envuelta entre su manta de estrellas, no reaccionó ante el llamado. K'sante, paciente y comprensivo, decidió tomar cartas en el asunto.

Rendido ante la insistencia de que Neeko no despertaba, K'sante, estaciono la camioneta y se dirigió hacia la parte trasera de la camioneta con una sonrisa radiante. Con movimientos cuidadosos y precisos, se acercó al pequeño Rengar, que dormitaba plácidamente sobre el techo del vehículo.

- ¡Rengar! Baja, te llevaré a dormir con tu madre - exclamó K'sante con ternura.

Con sumo cuidado, K'sante descendió al pequeño vastaya, evitando cualquier movimiento brusco que pudiera asustarlo. Rengar, con sus ojos aún somnolientos, se acurrucó en los brazos del hombre, ronroneando con satisfacción.

K'sante, con una sonrisa paternal, se dirigió hacia el asiento del copiloto. Despertó a Neeko con un suave roce en su hombro, como eso seguía sin funcionar.

- Neeko,  Rengar se ha quedado dormido en el techo otra vez - dijo K'sante con dulzura.  -¿Podrías ayudarlo a bajar y acurrucarlo a tu lado?-

Neeko, al escuchar la voz de K'sante y la mención de Rengar, abrió los ojos de golpe. Su rostro se iluminó con una sonrisa traviesa al ver a su cachorro  tan cerca de ella, lo abrazaría casi que al instante.

𝓐 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 𝓵𝓮 𝓹𝓲𝓭𝓲ó 𝓺𝓾𝓮 𝓬𝓪𝓵𝓶𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓾 𝓭𝓸𝓵𝓸𝓻│OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora