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𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 4: 𝓮𝓷𝓰𝓪ñ𝓸

- Aphelios-, dijo Aqualith con voz grave, -tengo algo importante que decirte.-

Aphelios, al sentir la gravedad en la voz de Aquelith, se puso alerta.- Dime, Aquelith- respondió con voz ronca, sintiendo una pizca de aprensión.

Aquelith se acercó al oído de Aphelios, bajando la voz a un susurro amenazante le dijo.- Sé  lo que hiciste en el desierto con esos carroñeros- dijo con una mirada fija en el Lunari.

El corazón de Aphelios dio un vuelco, su rostro empezó a tonarse rojo y empezaba a sudar mucho. La revelación de Aqualith lo tomó por sorpresa.

- ¿Qué? ¿De qué estás hablando?-  preguntó con voz temblorosa, tratando de ocultar su nerviosismo y ansiedad. Tan rápido habían cambiado las cosas. 

Aqualith, con una mirada seria y sin pestañear, continuó:

- He escuchado historias sobre un Lunari que atacó a un grupo de carroñeros en el desierto. Dicen que su sed por sangre lo llevó a cometer actos brutales, los cuerpos aun siguen ahí, sabes- 

Aphelios tragó saliva con dificultad. La culpa y la vergüenza lo invadieron.

- No... no  - tartamudeó con voz baja- No sé de qué estás hablando.-

Aquelith, sin creer del todo las palabras de Aphelios, lo observó con una mirada penetrante.

- Aphelios, no puedo ignorar estas historias. Necesito saber la verdad. Estas aquí para largarte a Jonia o me equivoco?. -

Aphelios, abatido por la presión, bajó la mirada al suelo.

- Te lo diré todo-  susurró con voz rota.- Pero no aquí, en público.-

Aqualith asintió con un gesto de comprensión.- Está bien,- dijo con voz más suave. Hablaremos más tarde.- 

Para ese momento, Nami había regresado y decidió acercarse  a ellos, confundida por la tensa conversación que parecían tener ambos hombres. Sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y preocupación.

- ¿Qué pasa?- preguntó con voz suave, dirigiendo su mirada entre los dos hombres.

Aquelith le sonrió a Nami con una falsa tranquilidad. Su sonrisa era rígida y sus ojos no reflejaban la calidez que solían tener.

- Nada, querida- dijo con suavidad, forzando una risa nerviosa.-Solo conversábamos sobre algunos asuntos del clan.-

Nami, aún con dudas, asintió lentamente. Su intuición le decía que algo no andaba bien, pero no quería presionar a Aphelios en público.

- Bueno, supongo que tendrás muchas más dudas- dijo con una sonrisa tímida, tratando de aligerar la tensión. -Yo feliz de colaborar contigo en tus inquietudes.- 

Aquelith la miró con una intensidad que la inquietó. Su sonrisa maliciosa y tétrica le heló la sangre.

- Así es querida, así es- respondió con voz ronca. -Somos felices de hablar y responder a tus preguntas.-

Aphelios se quedó sin palabras, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. La mirada penetrante de Aquelith la intimidaba y la llenaba de incertidumbre. Nami , al sentir la incomodidad de Aphelios, se acercó a el y la tomó de la mano. Su mirada transmitía una mezcla de nerviosismo por la actitud del chico. No sabía qué hacer en ese momento, y la revelación de Aqualith lo había sumido en una profunda confusión.

𝓐 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪 𝓵𝓮 𝓹𝓲𝓭𝓲ó 𝓺𝓾𝓮 𝓬𝓪𝓵𝓶𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓾 𝓭𝓸𝓵𝓸𝓻│OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora