~~Capitulo LXXXVIII~~

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Celos

Tantachj

-¡No estoy celoso!-- Fluke explota, casi tan pronto como la pregunta salió de mi boca. Su corazón late con fuerza en su pecho, tan rápido y fuerte que no podría desconectarme si lo intentara. Sus mejillas están consumidas por un rubor carmesí y mi lobo ya está celebrando en mi cabeza.
¡Fluke es celoso! ¡Tiene sentimientos! ¡El sabe que es mío! ¡Mío, mío, mío!
Él tiene un punto. Fluke no es un buen mentiroso y, aunque puede ocultar sus sentimientos en circunstancias habituales, sus emociones son demasiado turbulentas para permitírselo ahora. Sonaba tan creíble como un zorro sorprendido irrumpiendo en un gallinero, insistiendo en que sólo quería
mirar los sabrosos bocados que había dentro.
Arqueo la ceja con escepticismo y, pareciendo darme cuenta de lo defensivo que acaba de sonar, Fluke respira hondo y vuelve a intentarlo. -No estoy celoso.- El repite, y aunque ahora suena más
convincente, su cuerpo todavía lo traiciona. Su color todavía está muy alto y su corazón todavía está
acelerado. -Estoy enojado porque me mentiste-.
Sé que debería corregirlo aquí y ahora, explicarle exactamente lo que pasó anoche, quiera o no oírlo. Pero mi cazador interior sabe que estoy en algo y no puedo apagar mi impulso de presa.
-¿Entonces no te importa si me acuesto con otros lobos, siempre y cuando sea honesto al respecto?-
Su labio rosado y regordete, todavía manchado de sangre, tiembla peligrosamente y su voz suena
repentinamente tensa.
-Así es.-
¡Mentiroso, mentiroso, pantalones en llamas! Mi lobo canta, dando vueltas triunfantes a través de mi conciencia. Está dando vueltas como un cachorro, aunque no puedo dejar que Fluke vea lo emocionado que estoy. Por muy emocionante que sea esta revelación, el me está mintiendo.
Quizás pueda perdonarlo porque sé que el está tratando de proteger su tierno corazón, pero el perdón no significa aceptación.
-¿Estás siendo honesto conmigo, pequeño humano? -gruño,
inmovilizándolo con una mirada severa.
Los luminosos ojos dorados de Fluke se abren y sus labios se abren en un grito de sorpresa. Puedo verlo preparándose para responderme, para decirme otra falsedad, pero antes de que pueda decir que sí, parece darse cuenta de lo hipócrita que es la pregunta.
-¿¡Por qué debería ser honesto cuando tú no lo eres!?- Fluke exige ferozmente.
-Fluke...- gruñí, una clara advertencia.
-¡No! Me has ocultado cosas una y otra vez en nombre de protegerme, y volviste con tu ex después de prometerle que no había nada entre ustedes-. Fluke acusa. -¡Anoche probablemente ni siquiera fue
la primera vez! ¿Cuánto tiempo llevas andando a escondidas con el, Judo? ¿Todo lo que ha pasado desde que quedé embarazado ha sido algún plan que ustedes dos orquestaron para conseguir un heredero y ganar la campaña? ¿Preparaste el interruptor en el banco de esperma para poner todo esto en movimiento? ¿Qué estás planeando una vez que nazca el bebé? ¿Vas a robarme a mi hijo y echarme a patadas a la acera?
Retrocedo, sorprendido por la profundidad de su desconfianza. El júbilo de mi lobo por sus celos
desaparece inmediatamente. Él gime lastimosamente, devastado al verlo tan miserable, tan destrozado por el miedo y la traición. ¡No, esto no está bien! ¡Arreglalo!
Honestamente, no puede creer que ninguna de esas cosas sea cierta, ¿verdad? ¿Son estos los miedos
que se han estado acumulando en él todo este tiempo? ¿O simplemente está en espiral debido a la mentira percibida? Ha tenido problemas de confianza desde el día que nos conocimos, y me duele pensar que podría haber sido atormentado por tal paranoia, pero también puedo entender cómo su equipaje podría convertir un detonante en esta vorágine. Quiero decirle a Fluke que estas ideas son absurdas, quiero insistir en que tendría que estar loco para creer estas cosas, pero sé que eso no ayudará en nada.
-Fluke.- Digo con firmeza: -Mírame-.
-No quiero-. Él espeta, obstinadamente girando su cabeza lejos de mí.
-No estoy preguntando.- Aclaro severamente, esperando que el poder de mi voz haga su trabajo.
El obedece lentamente, gira la cabeza hacia atrás y levanta sus ojos llameantes y aterrorizados hacia los míos. Presiono mi mano contra su vientre, dejándolo sentir el peso sólido, rezando para que mi calor pase a través de su piel hasta sus huesos.
-No te mentí, Fluke-. Digo tranquilamente:
-Sé que no quieres hablar de eso, pero...-
Para mi asombro, las llamas cobran vida detrás de los ojos de Fluke, y se tapa las orejas con las manos, mirándome con tanto dolor y animosidad que el gesto ya no parece infantil. Un mundo de dolor y traición se arremolina en sus brillantes iris, y recuerdo que no solo es un hombre que ha quedado profundamente marcado por su pasado, sino también uno que está luchando contra mil
hormonas furiosas. Exhalando pesadamente, quito la palma de su barriga para alejar sus manos de
sus oídos. Tan pronto como lo hago, sus ojos se llenan de lágrimas y me doy cuenta del miedo que tiene de que se confirmen sus temores.
-No te mentí-. Repito, decidiendo que esto será suficiente por ahora. -Cuando estés listo para escucharme te lo explicaré todo, pero ahora mismo necesito que sepas que todo lo que ha pasado desde que nos conocimos ha sido completamente real. No tuve nada que ver con el cambio en el
banco de esperma y me sorprendió tanto como a ti. Cariño, recuerdas lo enojado e irrazonable que estaba en ese momento-. Le recuerdo, reprimiendo una sonrisa. -No podría fingir eso si lo intentara, ni es así como actuaría cualquier humano en su sano juicio si quisiera atraer a alguien a una trampa-. Sigo adelante. -Bajo ninguna circunstancia voy a alejar a Kalan de ti. Él vino de cada uno de nosotros y pertenece a cada uno de nosotros. Sé que te oculté algunas cosas, pero nunca te he engañado acerca de mis sentimientos y no he estado andando a escondidas con Luk ni con nadie
más.
Poco a poco, mis palabras calan. Puedo ver el cambio en la postura de Fluke mientras se desinfla
lentamente, liberando la tensión de sus músculos con cada frase que completo. Por supuesto, cuanto
más se relaja, más cerca está de desmoronarse. Pronto sus lágrimas caen libremente y parece
completamente avergonzado de sí mismo.
-Lo siento, sé que estoy loco-. Fluke tiene hipo. -Ni siquiera sé por qué dije esas cosas. Creo que lo estoy perdiendo-.
-Los celos pueden hacerle eso a una persona-. Bromeo suavemente, acercándolo reflexivamente,
tratando de atraerlo a mi regazo.
El cuerpecito de Fluke se pone rígido de indignación y aparta mis manos.
-¡No estoy celoso!- Fluke repite, aunque su exclamación ahora suena más como un gemido.
-Tsk, por supuesto que no-. Simpatizo, abrumo sus luchas y lo levanto. El no se corre fácilmente,
pero gradualmente atrapo sus desafiantes miembros hasta que está completamente atado a mis brazos. Ronroneo suavemente y, aunque sé que el no quiere someterse, pronto siento su rostro manchado de lágrimas presionando la curva de mi cuello y su nariz respingona respirando mi aroma.
-Aunque es una lástima-.
-¿Por qué?- Fluke exige de mal humor, sollozando mientras se acurruca más cerca. Petulante como
se siente, se inclina hacia mi toque mientras acaricio su forma descontenta y acaricio su cabello. Su
delicioso aroma llena mis sentidos y siento que puedo respirar por primera vez en toda la mañana.
Diosa, necesitaba esto. Cuando me di cuenta de que había desaparecido esta mañana, entré en pánico. No sólo porque temía por su seguridad, odiando la idea de que el estuviera desprotegido en una ciudad llena de lobos, sino también porque temía que Luk hubiera roto algo en nuestra
relación para siempre.
Cuando encontré a Fluke en casa de su hermana, furioso y atacándome como un gato infernal, me di
cuenta de que todavía había esperanza. El no estaría tan molesto si no le importara, pero también
odiaba verlo tan infeliz. Mi lobo no se calmaría hasta que estuviera a salvo en mis brazos nuevamente, sin atacarme más, sino buscando mi consuelo. Sí, así es como debe ser.
-Por lo que significaría si estuvieras celoso-. Murmuro, finalmente respondiéndole.
-Que soy un tonto-. Sugiere amargamente, haciéndome sacudir la cabeza con exasperación.
-Que tienes sentimientos por mí-. Corrijo, dejando que algunos de mis propios sentimientos se filtren en mi tono. Mi esperanza y deseo, la pasión que requiere todo mi esfuerzo contener cada vez que estamos juntos.
-Oh, estoy seguro de que te encantaría-. Fluke murmura amotinado. -El gran Alfa malo necesita que todos caigan a sus pies, los quiera o no. Qué divertido para el pequeño humano desesperado...
Antes de que pueda continuar, lo callo, reclamando su boca con la mía y robándole la capacidad de decir otra palabra.

El Lobo DormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora