Fuego

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Al despertar al día siguiente, todo cambió por completo. La silenciosa tregua que habían llevado hasta el momento se disolvió, pues después de lo ocurrido en la noche, Kyo se sentía demasiado incómodo en la presencia de Iori al punto de comenzar a evitar su mirada. Las cortas conversaciones que tenían durante las comidas, se convirtieron en escuetas palabras. Kyo trataba en lo posible de no interactuar con él más de lo necesario, pues temía que cualquier roce accidental pudiese desencadenar algo más.

Era como si estuviese caminando en una cuerda floja. Kyo había pensado una y otra vez en lo que Iori le había hecho sentir, en lo que le había dicho y en el inequívoco deseo que vio reflejado en sus ojos carmín. No era idiota, podía reconocer que el pelirrojo había disfrutado de aquello también, pero al mismo tiempo, no tener su cuerpo en perfectas condiciones le hacía temer que no podría 'detener' a Iori y que pasaría algo en contra de su voluntad.

Al caer la noche, Iori salió para su trabajo y cuando Kyo quedó solo en el apartamento finalmente se pudo relajar. Había sentido como si, su cuerpo estuviese en tensión todo el día, como si Iori pudiese saltar sobre él en cualquier momento.

Era extraño sentirse así, pues en el pasado había sentido algo similar, la posibilidad de ser atacado por Iori en cada esquina de la ciudad, era real y Kyo siempre había sentido una sosobra y una anticipación constante en la presencia de Iori. Ahora la sensación era similar, pero las razones diferentes. Ahora podía notar ese intenso deseo en la mirada de Yagami y sabía que algo había cambiado en él.

Se quedó recostado en la cama mirando el techo de la habitación, recordando lo que Iori había hecho, la presión de su pecho contra su espalda, su mano apretando su cuello, su voz ronca susurrándole obscenidades en el oído y sin darse cuenta, su cuerpo fue reaccionando a esos recuerdos.

- Maldición. - Gruñó al notar la erección levantándose en su pantalón de pijama.

No podía creer que solo pensar en ello hubiese hecho que su cuerpo reaccionara así. Se sentó sintiéndose frustrado y de repente cayó en cuenta de que, desde que había sido capturado por esa maldita organización, no se había masturbado ni una sola vez.

No era como si lo hiciera todos los días o como si, le hiciera falta hacerlo para continuar con su vida normal, pero como cualquier otro chico de 20 años, era normal que su cuerpo necesitara 'liberar' esa frustración acumulada. Se llevó una mano al mentón pensativo, quizás no se sentía atraído por Iori después de todo, quizás se trataba de que su cuerpo llevaba mucho tiempo sin poder hacerlo.

Como para probar que tenía razón, se bajó la sudadera hasta la mitad de los muslos y comenzó acariciarse lentamente, mientras pensaba en las actrices de videos porno que había visto cuando iba al colegio. No tenía su móvil, pues lo había perdido desde la batalla de Orochi, así que no podía buscar imágenes estimulantes y tendría que depender de su imaginación.

Muy pronto se encontró perdido en la sensación, realmente llevaba mucho tiempo sin hacerlo y descubrió que, perderse en su imaginación, hizo que los pensamientos negativos generados por la experiencia en NESTS desaparecieran. Quizás su cerebro le estaba pidiendo una distracción, porqué hasta el momento, a pesar de estar en un lugar seguro y de ser consciente de que con Iori presente nadie podría hacerle daño, aún así su mente seguía volviendo a esos recuerdos de una u otra manera ya fuera en pesadillas o en momentos aleatorios durante el día.

Movió su mano frenéticamente y la punta de su miembro se humedeció. Sintió como su cuerpo subía de temperatura y como los pensamientos se volvían más caóticos, por unos momentos pensaba en que estaba follando a una hermosa chica y en otros, que recibía un oral. No había una orden o tan siquiera lógica, simplemente su mente se perdió en ideas inconexas y su cuerpo se aproximó al limite.

ShatteredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora