Sadistic eyes

53 7 0
                                    

Qué Kyo resultara ser un formidable luchador no le sorprendió, que sus técnicas fueran poderosas y difíciles de esquivar era de esperarse del último descendiente del clan Kusanagi. Iori se habría molestado si fuera diferente. Le habían preparado toda la vida para enfrentarlo y había pasado por entrenamientos tan duros, así que no esperaba menos de él. Sin embargo no anticipó que se sentiría de esa manera al conocerlo. Que esa primera pelea hubiese despertado en él esa deliciosa sensación de euforia.

Con el tiempo lo había aceptado. Buscaba a Kyo porqué deseaba pelear con él, quería sentir su fuego chocando con el suyo. Quería que sus ojos avellana se enfocaran solo en él. Que toda su atención estuviese puesta en él. Porque para Iori, inadvertidamente, su mundo se había convertido en Kyo Kusanagi. Pensaba en él cuando se levantaba, se imaginaba peleando con él, visualizar su sangre en sus manos le generaba una sensación ingrávida en el cuerpo. Quería marcarlo con quemaduras y heridas.

Por eso cuando, se enteró de que había desaparecido. Iori sintió como si su mundo se destruía. Luego de la batalla de Orochi, Iori creyó que finalmente tendrían un intenso combate a muerte, que ya nada se interpondría entre los dos. Luego de sufrir constantemente el tormento que significaba tener la maldición de Orochi en su sangre, Iori era consciente de que no iba a tener una vida larga y plena. Así que, su mayor deseo era morir en un intenso combate contra Kyo.

Entonces justamente Kyo desapareció y la sensación de vacío que dejó su ausencia lo tomó completamente desprevenido.

Cuando se dio cuenta de que una organización terrorista le había capturado, cuando descubrió lo que estaban haciendo con su cuerpo en esos laboratorios, Iori no pudo controlar la ira que lo embargó. ¿Cómo se atrevían esos malditos a tomar el cuerpo de Kyo? ¿Cómo se atrevían a tomar algo que le pertenecía? ¿A dejar marcas cuando solo él tenía el derecho?

Él era el último heredero del clan Yagami, solo él tenía el derecho de tomar la vida de Kyo.

Se dejó llevar por la ira. Quemó todo lo que se le atravesó a diestra y siniestra. Destruyendo habitaciones enteras con sus poderosas llamas púrpuras.

No paró hasta que dio con él. Con el verdadero. No esas desagradables copias que se atravesaban en su camino. Encontró a Kyo suspendido dentro de una capsula de vidrio grueso, vestido apenas con unos boxers negros, su cuerpo conectado a diversos cables que lanzaban sonidos electrónicos. Arrancó los cables conectados a su cuerpo a garrasos y lo sacó de ahí en sus brazos. Kyo estaba inconsciente y como había perdido tanto peso, el pelirrojo pudo cargarlo sin problemas.

No fue fácil escapar, pues recibió múltiples heridas al enfrentar a los clones y a los agentes que custodiaban el recinto. Sin embargo contó con la suerte de que Heidern y sus hombres también estaban atacando otra parte de las instalaciones y sirvieron de distracción para los guardas. Sin embargo Iori no dudó en calcinar a todo el que se atravesó en su camino. La ira que sentía en ese momento cegó su raciocinio y apaciguó el dolor en su cuerpo.

Una vez afuera de la base subterránea, Iori tiró el cuerpo inconsciente del Kusanagi en la parte trasera de su auto y no se detuvo hasta llegar a su apartamento en el norte de Osaka. Manejó toda la noche sin parar, porque la base subterránea donde tenían a Kyo, estaba en una zona remota del área de Kanto, bastante alejado de la ciudad. Iori no se detuvo a checar sus propias heridas, como tampoco pensó en las consecuencias de sus actos, lo único que deseaba era sacar a Kyo de allí.

Pasar la noche en un hotel en la carretera era una mala idea, a pesar de que su cuerpo le pedía a gritos descanzar ¿Pero cómo iba a explicar al tendero que traía a su amigo inconsciente y la sangre que cubría su ropa? Seguramente llamarían a la policía. Además Iori no podía darse el lujo de detenerse, pues no estaba seguro si algún agente de NESTS los estaba siguiendo. Por eso manejó toda la noche sin parar y arribó a su apartamento al día siguiente.

ShatteredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora