cuatro

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── ˙ 𝐒𝐓★𝐑𝐁𝐎𝐘 !!𓂃✴






















31 de diciembre, 2013

Sus ojos no se despegaban de la pizarra transparente que tenía en frente suyo, estaba llena de garabatos y escrituras un tanto complejas. Mordía con nerviosismo sus uñas y ya le estaba empezando a dar migraña de tanto estrés. Siempre llegaba a la misma parte. Realmente estaba a nada de rendirse.

Pero Rodrigo sentía que le iba a fallar al pequeño Rodri, a ese que se fue a dormir sintiéndose esperanzado y feliz después de ver la película futurista, a ese que dedicó años de estudio para llegar hasta donde ahora estaba parado.

Pudo ver de reojo como la habitación se iluminaba un microsegundo con una luz amarilla y rápidamente se volteó, sorprendiéndose con lo que se había encontrado.

¿Qué hacían Iván y su hermana en ese lugar?

—¡Rodrigo! —sus ojos brillaron al pronunciar ese hermoso nombre—. Hola de nuevo.

El bajito frunció el ceño y retrocedió lentamente. Esto ya era excesivamente extraño. ¿Qué carajo estaba pasando?

—¿Cómo mierda se metieron acá? —ya no se sentía tan seguro ante la presencia de Iván—. Tenemos un sistema de seguridad de casi 12 millones de dólares. ¿Cómo hicieron?

Sin dejar que respondieran, su cabeza hizo click al instante y sin dudarlo tomó entre sus manos su laptop, presionándola con fuerza contra su pecho.

—¡Ya sé! Lo que pasó en el puesto de cafés no fue una simple casualidad. ¡Me están siguiendo! —asintió con la cabeza, completamente alterado—. ¡Seguramente son agentes! ¡Me quieren robar información! ¡Pero no les voy a decir una cho-

—Rodrigo escuchame —intentó calmarlo Iván, acercándose lentamente hasta él—. Necesitamos de tu ayuda, se trata de tu teoría sobre el tiempo.

—¿Y por qué quieren eso de mí? —seguía desconfiado y no soltaba su laptop.

Iván miró a su hermana, los dos hicieron una pequeña mueca y el más alto habló nuevamente con rapidez.

—Porque venimos del fututo y necesitamos tu teoría temporal para salvar a personas sin cambiar la línea temporal.

Al finalizar esa frase, suspiró con alivio y se sintió más tranquilo al poder decirlo de una buena vez. Pero Rodrigo se quería cagar de risa, no entendía absolutamente nada.

—¿Ustedes se creen qué soy pelotudo? —su humor cambió drásticamente y se encaminó a la puerta de la oficina—. Vayanse, ahora.

Su cabeza tan solo lo llevó otra vez al día que se burlaron de él en medio de una clase y su mecanismo de defensa se puso en marcha. Estaba muy, muuuy a la defensiva. Ya había tenido suficiente ese último día del año, quería empezar bien el 2014 y esos dos desconocidos parecían estar tomándole el pelo.

—Por favor creenos Rodrigo —esta vez habló Victoria—. Realmente necesitamos de tu ayuda.

—¿Y si le mostrás un evento del futuro para qué te crea? —segundos después Iván negó—. Él debería esperar a que eso suceda.

Entonces Victoria empezó a rebuscar algunos archivos en su reloj mientras negaba, cada minuto que pasaba era peor que el anterior, estaba al borde de un colapso nervioso.

Carre observó el aparato que descansaba en la muñeca de esa chica y sus ojos se abrieron como platos, completamente sorprendido. No tardó ni dos segundos en acercarse y empezar a revisarlo cuidadosamente, muy de cerca.

—¿Ese reloj usa circuitos cuánticos integrados? —emitió un sonido de afirmación, otra vez estaba desvariando él solo—. Unidad de procesamiento líquida, nanocélulas de IA...

Hizo una pequeña pausa y frunció el ceño. ¿Hoy era el día de ver cosas poco creíbles? Había visto a Iván, había visto a una señora andando en skate y ahora estaba viendo este reloj.

—Todo esto es muy avanzado...

Su cerebro volvió a hacer sinapsis correctamente y le cayó la ficha. Sus manos cubrieron su boca tan solo unos momentos y después los señaló a los dos con sus dos índices.

—¡Ustedes realmente vienen del futuro! —quería saltar por los aires y quizás romper algo.

Le tomó casi diez minutos terminar de procesarlo y tranquilizarse por completo. Pero no lo juzguen, simplemente no podía creer lo que le estaba pasando. Él siempre había tenido razón. Tantos años de burlas y soportando gente que no lo tomaba en serio, para que al final sí fueran reales. Quería ir con Stephen Hawking y reírse en su cara, quería burlarse de su estúpida fiesta para viajeros del tiempo a la cual nadie asistió.

Se volvía a sentir plenamente feliz y motivado, la vida había recuperado todo el sentido del mundo. Rodrigo ya se podía morir en paz sabiendo que no estaba completamente loco.

Pero se volvió a preguntar, ¿por qué Iván y Victoria acudieron a él?




















── ˙ 𝐒𝐓★𝐑𝐁𝐎𝐘 !!𓂃✴

𝑰𝒎𝒑𝒖𝒍𝒔𝒊𝒗𝒆 𝑬𝒙𝒄𝒆𝒔𝒔𝒊𝒗𝒆 𝑫𝒊𝒔𝒐𝒓𝒅𝒆𝒓 | ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora