── ˙ 𝐒𝐓★𝐑𝐁𝐎𝐘 !!𓂃✴
1 de enero, 2014
Iván casi muere en ese banco cuando se hacía pasar por un empleado del lugar y trataba de negociar con los asaltantes, mientras que su hermana Victoria buscaba una supuesta bomba escondida en el lugar. Estuvieron a punto de hacer volar todo, pero afortunadamente ese no fue el caso.
Ambos se miraron completamente aliviados después de que se hayan llevado a los ladrones y que todos los rehenes se hayan reencontrado con sus familias. Ahora sí, podían volver a casa.
Solo que a Iván no le agradaba mucho la idea y su hermana lo notó.
—Dale andá a buscarlo porque te vas a arrepentir, después te alcanzo.
La chica cerró sus ojos al sentir una ráfaga de viento al instante que dijo eso y negó con la cabeza divertida, su hermano se había ido corriendo. Iván siempre era tan impulsivo.
El pelinegro terminó en la oficina de Rodrigo otra vez y de sus labios se asomó una sonrisa al encontrarlo sentado en una silla giratoria con la vista pegada a la tele, en el canal de las noticias, había visto todo el operativo del banco desde ahí. Tan tierno.
—Hola, señorito Carrera —rió levemente cuando el bajito dió un saltito en el lugar del susto—. ¿Interrumpo algo?
—No, para nada.
Rodrigo se levantó de su asiento y se acercó lentamente hasta quedar frente a frente con ese hermoso chico.
—Me alegra que todo haya salido bien, Iván.
—No íbamos a poder sin vos, yo debería darte las gracias —se acercó otro poco al castaño y ahora había muy poca distancia entre ambos—. Gracias Rodri.
Se quedaron en silencio, tan solo mirándose con timidez y con amor al mismo tiempo. No sabían muy bien que hacer, solo estaban disfrutando de la cercanía del otro.
—Yo siempre cumplo mis promesas, ¿viste? —comentó Iván de la nada—. Te dije que iba a venir.
Se tomaron las manos muy lentamente, con miedo, como si el tacto doliera y vieron a través del ventanal como el cielo era iluminado por algunos fuegos artificiales, la gente estaba festejando el año nuevo.
—Bueno...yo me tengo que ir...pero antes de irme quería saber si... —Iván estaba realmente nervioso y sus palabras no salían como él las había planeado—. Osea yo pensaba que tal vez...
Rodrigo se quedó sin paciencia, sus manos se enredaron en la cabellera del más alto y unió las bocas de los dos en un profundo beso. Iván no tardó en corresponder mientras ponía sus manos en la cintura del bajito. Ambos con los ojos cerrados y pequeñas sonrisas.
Sus labios se movían con lentitud sobre los del contrario, deseando con todas sus fuerzas que ese momento jamás se acabara. Iván pensó fugazmente en ralentizar el tiempo, pero no lo suficiente como para ralentizar a Rodrigo y así besarlo todo lo que quisiera.
Y lo hizo.
Las luces coloridas del cielo se fueron desvaneciendo muy lentamente, el caminar de las personas que iban transitando por la calle era pausado y los autos se movían mucho más despacio que de costumbre. Todo iba más lento, a excepción de esos dos chicos que se estaban besando.
La falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse. Fue ahí en dónde Rodrigo notó lo que Iván estaba haciendo y sus ojos viajaron curiosamente por toda la habitación, nunca había visto algo tan bonito como eso. Definitivamente iba a recordarlo por siempre y sabía que nadie iba a hacer algo así por él, solo Iván.
—Es lo más romántico que hicieron por mí —comentó el bajito, conectando su mirada nuevamente con la de Iván—. Y dudo que hagan algo mejor que esto.
—Es lo mínimo que se merece alguien que le dedicó años de su vida a lo imposible, ¿no te parece? —ese comentario hizo reír a Rodrigo.
El velocista, aunque no quisiera, tuvo que dejar de lentificar el tiempo y volvieron a la normalidad. Sus respiraciones ligeramente agitadas se mezclaron entre sí y los dedos de Carre empezaron a acariciar con suavidad el sedoso cabello del contrario, pensando que tal vez era muy egoísta querer que Iván se quedara con él.
Y en ese momento, Victoria entró en escena con una mano cubriendo sus dos ojos.
—Iván, ya pasaron más de dos minutos. Perdón pero nos tenemos que ir.
Rodrigo tan solo asintió y se sintió ligeramente triste cuando Iván se alejó. Ya no podía sentir su calor corporal. Ya no sentía sus manos. Ya no podía tocar su pelo. Lo conocía desde hace menos de un día pero sabía perfectamente que lo iba a extrañar tanto.
—¿Te volveré a ver pronto, McFly? —preguntó con dulzura el castaño, sin dejar de mirarlo.
Buhajeruk soltó una tierna risita, entendiendo enseguida aquel chiste y ladeó ligeramente su cabeza a un costado, no podía dejar de verlo. Es que tampoco quería hacerlo. Trataba de guardar hasta el más mínimo detalle en su retina, para recordarlo por siempre.
—Te lo prometo Rodri, voy a venir a verte —hizo una pequeña pausa y le guiñó el ojo—. Yo siempre cumplo mis promesas, acordate.
Después de eso Iván y Victoria salieron de la habitación, cerrando la puerta detrás de sí. Cuando llegaron a su año correspondiente, Iván no dejaba de pensar en aquel chico y tenía tantas ganas de regresar. Ya estaba tratando de inventar una buena excusa para verlo otra vez.
Mientras tanto, en el 2014, Rodrigo vió un pequeño destello amarillo que se coló debajo de aquella puerta y cuando fue a abrirla para ver el pasillo, ya no había nadie.
Fin
── ˙ 𝐒𝐓★𝐑𝐁𝐎𝐘 !!𓂃✴

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𝑰𝒎𝒑𝒖𝒍𝒔𝒊𝒗𝒆 𝑬𝒙𝒄𝒆𝒔𝒔𝒊𝒗𝒆 𝑫𝒊𝒔𝒐𝒓𝒅𝒆𝒓 | ʀᴏᴅʀɪᴠᴀɴ
أدب الهواة⸻ .。*♡ : Rodrigo está obsesionado con los viajes en el tiempo. ⸻ .。*☆ : Iván es un velocista que arruinó un poco la línea temporal.