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Ya era una nueva mañana, Sami se levantó de muy buen humor, anoche había dormido como nunca antes.
Lo primero que hizo fue irse al baño para hacer sus necesidades y lavarse la cara, salió del baño y se puso su respectivo atuendo, salió de su habitación y se al lugar donde Sera le había dicho que se reunirían, al llegar solo vio a Emily, ambos se saludaron y esperaron a que la mayor llegará.
Estuvieron esperando como media hora aproximadamente, cuando una voz los interrumpió.
-- Lo siento mucho por llegar tardé, estuve atendiendo unas cosas. --
-- Será! Que bueno que ya llegaste, ya estábamos empezando a impacientarnos pero ya estas aquí así que todo bién. --
Los tres Ángeles fueron hacia las puertas del cielo, donde ya estaban unas dos demonios al parecer esperandolos.
El Rubió vió a la más alta, le llamó la atención, su cabello se le hacía muy bonito y esos círculos rojos en sus mejillas la hacían ver adorable, esos eran algunos de los tantos pensamientos del rubio.
-- Saludos hija de Morningstar, soy Será, la Serafín mayor del cielo. --
-- ¡Hola! Soy Emily, la otra Serafín, aunque puedes llamarme Em, emy, ehh como quieras, respondo a cualquiera, jajaja. Bienvenidas al cielo.
-- Eh, ¡Hola! mucho gusto en conocerlas a las dos, soy Sami, pero pueden decirme Sam, mis amigos me llaman así. --
Después de que los tres Serafines se presentarán, San Pedro empezó a cantar junto con Emily mostrando como era el cielo a las dos demonios recién llegadas.
Cuando terminó de cantar se tuvo que ir, los demás siguieron con su recorrido, iban corriendo por los pasillos, pasaron por el lado de dos Ángeles, quiénes resultaron ser nada más y nada menos que Adam y Lute.
-- Chupame las benditas bolas, esa niña es quien creo que es?
-- ¿Qué hace ella aquí? Es más, como pudo siquiera subir hasta acá?
