Las luces de dos faroles iluminaban los cortos metros de distancia que existía entre ambos. La noche es fría, el viento que nos abraza parece congelante. Con tan solo dar unos pasos podría llegar a abrazarlo, es lo que quiero. También tengo la opción de echarme para atrás, correr tan rápido como pueda para alejarme de él. No le sería difícil pensar que soy una esquizofrénica o que tengo problemas mentales después de todo.
Desde el momento en que vi sus ojos, esos que se veían oscuros a causa de la noche. Supe que había algo especial en él. Una cosa que antes me hizo acercarme. Quizás que me di cuenta que llevaba el cielo en ellos, jamás me sentí tan segura con una persona como con él. Me impulsaba a ser mejor cada día, a hacrr lo que había sido tan complicado desde siempre: quererme más.
Ojalá todo fuera más fácil, mis miedos e inseguridades me hacen temblar. Pero eso no es lo único. Desde el primer momento en que probé sus labios supe que no habría vuelta atrás. Lleva un fuego arrasador en ellos. Uno diferente, adictivo, algo que quiero que siga ardiendo. Me heriría terriblemente si un día se apaga.
Entonces ahí lo supe, amar a alguien es entregarle el poder para que te destruya en cualquier momento. Realmente me dolerá en el alma cuando él decida que es hora de ponerle punto final a nuestra historia.
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Todo lo que nunca seremos #PGP2024
RomanceEsta historia participa en los premios Gemas Pérdidas 2024 en la categoría romance/chick-lit Lía creía que todo estaba perdido en cuestión de amor. Sin embargo, el destino le tiene preparada una sorpresa que ni siquiera se imagina. Toma café y galle...