CAPITULO 3. ∞ SU SONRISA ∞

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Bueno bueno, antes de iniciar con este capítulo y de que me linchen por no haber actualizado durante un largo tiempoooo, quiero aclarar que se debe a dos buenas razones. La primera porque estuve escribiendo más capítulos en todo este tiempo y la segunda porque la escuela no me dejaba respirar 😩, ahora sí. Sin más, espero que lo disfruten mucho ✨

[.....]

-Oye, disculpa, ¿me prestarías sacapuntas? -sus ojos se entrecerraron, formando su característica sonrisa que, aunque tuviera cubrebocas podía admitir que se veía muy bien... (guapo para ser exactos). Me agrada su sonrisa.

"¡ME GUSTA!"

Me quedé atónita, ¿Qué se supone que él hace aquí?

"Vino por un sacapuntas" 

Ajá sí, ya lo sé pero, ¿es enserio que nada más vino hasta atrás para pedirme un miserable sacapuntas?

"Agradece que se dirige a ti y no a alguien más"

-A-ah, sí claro -se lo tendí y Devon lo agarró rozando apenas nuestras manos.

"¡Contrólate!, ¡CONTRÓLATE!"

-Gracias -volvió a sonreírme, pero a diferencia de la anterior, esta se notó muchísimo más

Agaché mi cabeza y solo asentí para que no viera como me había sonrojado. No quería ponerme nerviosa enfrente de Devon. Por parte suya, después de haber obtenido lo que quería, se fue del lugar.

Mi corazón no se está controlando, ¿por qué está latiendo tan fuerte?, ¿por qué simplemente no para?

Por favor ya contrólate, no puedes latir así, no aquí y menos por él. No puedes, no lo hagas. Ya deja de hacerme esto.

Intenté distraerme con mi celular, vi mi galería, vi recetas, vi nuevos libros para leer, pero eso no hacía que se me olvidara lo de hace un momento y menos el hecho de que mi corazón se había acelerado por un simple roce.

Sin embargo, aún no terminaba de pasar mi tormento, puesto que, justo cuando estaba comenzando a tranquilizarme, regresó Devon con otra gran sonrisa.

"¡Ay por favor!"

- ¿Es enserio? -susurré cuando estaba a unos pasos de llegar a mi asiento.

Y cada vez fue peor. Había logrado escuchar...

- ¿Qué dijiste? -me preguntó

Se acercó...

- ¿E-eh?, nada, nada. Hable sola -agite mis manos como toda una estúpida que tiene miedo a que el chico se dé cuenta de lo que provoco con venir por un simple sacapuntas.

-Oh... ok. Me alegra no ser el único que habla solo

Y sonrió. ¡SONRIÓ!

"P$%* madre. ¡CONTRÓLATE!".

-Solo era eso, ya me voy, adiós Amelia -se despidió con su mano y después se marchó dejándome con todo un desastre en mis mejillas y en mi pecho. Me dolía y no sabía por qué.

¿Acaso era por qué me estaba gustando?, ¿por qué me asustaba lo que sentía?, ¿o quizá por qué me negaba a querer a alguien?, no quería encariñar me y menos con un hombre el cual nada más me habla cuando necesita algo.

Tal vez solo me quiere para sacar provecho de mí y yo aquí de mensa, creyendo que me habla porque le agrado.

Bueno, tiene lógica lo que pienso. Soy la que entrego las cosas a tiempo, soy la que tiene mejores calificaciones, la que destaco por ser la favorita de los maestros y la que se podría decir, me tienen "respeto" los docentes, aunque para mis compañeros es todo lo contrario, ellos mismos me han apodado como "la mamona", "la payasa", "la sangrona" y "la borrega", solo por ser mejor que ellos.

No es como un cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora