CAPITULO 1. ∞ EL COMIENZO ∞

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2 de octubre del 2023

Enamorarse. Algo importante, fundamental, bello y bonito para todas las personas. Sin duda alguna, especialmente para los adolescentes de mi edad, solo que... Para mí no es así, o por lo menos, no lo era hasta que lo conocí.

En mi pasado, yo no quería ningún novio, ninguna pareja. ¿Por qué?, sencillo, me aterraba la idea de no amarme a mí misma, de rogarle a un hombre, de perder mi orgullo y dignidad. Sin embargo, todo eso cambio cuando él llegó a mi vida, alborotó mis ideas, mi forma de pensar y ahora... hizo que lo deseara tanto como para olvidarme de mis propias reglas que yo misma... construí.

Mi nombre es Amelia Maydelin Parker Grace, de 15 años de edad. Una chica de 1.55 m, muy delgada, de tez morena, con pecas apenas pronunciadas, ojos marrones, cabello castaño claro, labios rosados, la "marginada" de todos lados. Nada fuera de lo común. No soy una mujer estereotipada ni mucho menos, soñada por muchos hombres... supongo que esa fue la mayor razón por la que a Devon se le hizo fácil ilusionarme, haciéndome creer que era especial para él porque fui al único que le había llegado a gustar.

Aún me acuerdo que siempre me repetía "la mujer más fácil de manipular, es una sin autoestima"... lástima que me olvidé que yo era una de ellas. Ojalá nunca hubiera confiado en Devon, ojalá nunca hubiera creído que era diferente a los demás, ojalá nunca hubiera dicho que prefería el dolor de haberlo intentado a no haberlo hecho, ojalá nunca lo hubiera amado como lo ame, ojalá... ojalá jamás me hubiera encariñado con él. Oh, dios mío. Si todos esos ojalá se hicieran realidad seguro mi vida sería mucho más fácil.

Hace un año estaba bien, era normal, no tenía que preocuparme por situaciones tan triviales, no sabía lo que significaba un corazón roto y lo difícil que es soltar a alguien, pero ahora, en este instante, me encuentro yendo de la escuela a mi casa, sin esperanzas, sin alegrías y sin sueños. Hecha un completo desastre, con un gran escándalo en mi corazón, en mi cabeza y en mi pecho.

Yo estoy llorando y el cielo también, ambos estamos tristes. El cielo truena y mi corazón se rompe en añicos, el cielo se ilumina y mis ojos se cierran. A veces creo que el clima logra concordar con mi estado de ánimo. Lo sé, llámenme loca.

Sé qué está mal, que no es adecuado y que probablemente me afecte en mi salud al día siguiente, pero en este momento solo disfruto de la lluvia. Detengo mi paso, me quedo admirando el paisaje, las calles con agua corriendo, las personas en un caos, los autos salpicando y distintos pensamientos que desearía eliminar.

Todo pasa a mi alrededor y yo sigo sin moverme, sigo estando triste. Pareciera que esto nunca acabará, que el caos seguirá y que en vez de seguir, solo me quedaré estancada, llorando todos los días, recordando cada momento, recordando aquellas imágenes.

Mi rostro también ya esta inundado, mis ojos están ardiendo y mi pecho me está doliendo. Todo esto está pasando por pensar en Devon, en su sonrisa; en su rostro; en sus manos; en sus caricias y en los momentos felices que él los llamo "recuerdos pasajeros" como si no le hubieran sido importantes.

Admito que no me gusta mojarme porque tengo mis defensas muy débiles y podría atrapar un resfriado, pero esta noche ya no... esta noche, este camino es diferente. Quiero aprovecharla y gozarla, como en algún momento lo quise hacer con él.

-Está bien, estoy bien -lo repetí por enésima vez, acompañado de un pequeño sollozo.

Antes de que mi maquillaje se comenzará a hacer lodo, evité con la manga de mi sudadera las lágrimas que, desde hace la mañana no han podido dejar de desbordar. Sorbo por la nariz y me muerdo los labios para evitar escapar un gemido.

No es como un cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora