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Noah estaba estática, su cuerpo no realizaba ningún tipo de movimiento, no iba a negar que el acercamiento de Jungkook le gustaba, pero en estos momentos solo pensaba en salir corriendo después de la escena tan penosas.
—No sabes lo duro que me has puesto, Venus.
La castaña solo lo miraba a los ojos, sin decir una sola palabra. Traía unas grandes ganas de besarlo, claro, si él se le insinuaba de esa manera porque no quisiera. En cierta manera, Noah no tenía culpa de lo que sucedió.
—Traigo unas grandes ganas de follarte aquí mismo.
—Joder, Jungkook.
—Poder tocar cada parte de tu cuerpo, mientras que te pongo mi mano en la boca y te hago tocar el cielo, al mismo tiempo que estas en el infiero.
—Se que quieres, Venus.
Noah bajo su mirada al buzo gris que del seguía sobresaliendo un bulto muy pronunciado.
—No dejas de verme el bulto, Noah. No lo niegues.
—No podemos aquí.
Jungkook a la respuesta tan tímida de su ya novia, le causo gracia. No dudo un segundo más y junto sus labios, sin dificultad alguna el tomo de los muslos para sacarla de aquella maquina la cual hizo que empezara todo ello.
Ya no aguantaba más el dolor de su entrepierna, al rozar sus partes se volvió en un alivio, aferraba sus grandes manos en la diminuta cintura de su novia. Gemidos de satisfacción salían de sus labios con cada roce labios, sus pieles pedían a grito sentirse, se estaba volviendo un martirio.
—Te necesito, Noah.
—Nos van a ver, Jungkook.
—No hay nadie, ven.
Le tomo la mano para jalarla a los cambiadores de hombres.
—Aquí nadie nos va a descubrir, solo haz silencio, preciosa. —susurró con voz profunda, erizando la piel de la castaña.
Sus grandes manos la tomaron de la cintura pegándole bruscamente a él, sintiendo lo grande que era, y que todo eso era solo para ella. Noah no se movía, solo estaba atenta a cada movimiento que hacía su novio sobre ella.
Se abalanzó a ella para juntar sus necesitados labios, de una forma brusca, causándole un gemido ahogado por, sus manos no estaban tranquilas, estas recorrían sus cuerpos como si estuviera descubriendo un nuevo continente, que lo es. Adentro sus grandes manos a la gran camiseta chocando con su suave piel caliente, sus vellos se erizaron en automático con solo el siempre contacto.
Las grandes manos de Jungkook, tomaron los medianos pechos de su novia que aun eran cubiertos por el brasier deportivo, su bulto le dolía mucho y realmente quería sentirla, pero primero iba a complacerla. Bajo una mano hasta sus pantalones cortos, realizando un recorrido detenido y tortuoso a Noah, él no era el único que tenía ganas de follar en esa habitación, adentro su mano en aquellas prendas incluyendo sus bragas sacándole un jadeo de sorpresa, sus largos y delgados dedos comenzaban a recorrer todos sus pliegues ya húmedos por un simple beso de Jungkook.