Quiero ser eso en lo primero que pienses cada vez que pruebes el trago de la perdición.
Roseanne Blair
Creía que todo lo que vivía era como el sueño de vida perfecta. Padres estables, familia armónica, relación donde ambos dan su cien por ciento, pero... ¿En qué momento fue cuando parte de eso dejó de ser así?, ¿qué día todo lo hermoso se mezcló para hacer de ella una pesadilla?
Me iré por donde todo era bonito... o al menos así lo parecía.
🍷🍷🍷🍷🍷
He sido siempre una mujer amante de la independencia, por eso es por lo que vivo sola. Mis padres llevan una vida ocupada, aunque ocasionalmente llevamos a cabo nuestras reuniones familiares. Mi hermana vive en su mundo y yo hice el mío hace rato por ser la mayor.
Me puse mi mejor ropa, aunque demoré más de una hora buscando porque mi sobrepeso no me permitía elegir con tranquilidad, para luego salir a reunirme con unos amigos y mi novio, quien será mi futuro esposo. Le tengo preparada una sorpresa por nuestro aniversario número cinco y deseo que le guste, ya que a veces suele ser muy exigente.
Camino unas cuadras hasta llegar donde los veo a todos esperándome, tomando uno que otro cóctel y comiendo a gusto con la música y el buen ambiente.
Respiro un tanto agitada, mientras pongo unos segundos las manos en mis muslos para exhalar e ir donde mi novio.
El grupo está conformado por mis dos amigos, mi novio y yo. Esbozo una sonrisa para sentarme.
—Oh, mi bollito de carne, ¿cómo te sientes? —comenta mientras acomoda su cabello rubio.
«Ahí va con ese apodo» —Ruedo los ojos y respiro profundo al escucharlo.
—Iker, ya te he dicho que no me digas ese apodo, no me gusta—iba a acomodarme en una de las sillas, sin embargo, me detiene—. ¿Qué pasa?, ¿por qué no me dejas sentarme? —cuestiono con incomodidad mientras mis amigos denotan un tanto desagrado.
—Es que, traje una silla especial para ti. No creo que entres ahí, ya sabes, son algo... delicadas—observo a Nathalie, mi amiga, la cual pone una cara de aversión por sus palabras.
—Pero puedo sentarme aquí sin problemas, ¿por qué tienes que buscarme un asiento especial como si fuese un bicho raro? —siento las lágrimas que amenazaban en salir.
«Eres fuerte, las chicas como tú no lloran por cosas de ese tipo, resiste». —Me consuelo.
Pero no sé en qué momento empecé a normalizar estas cosas, tengo una venda que me niego a quitarme.
—Mira, por más que intentes entrar ahí, no creo que se pueda, Roseanne. —Da un sorbo de su bebida mientras que yo aprieto el puño.
—Ey, ey, Iker, creo que estás siendo un tanto cruel con ella, si se puede sentar, que lo haga, debes ahorrarte unas cuantas cosas—expresa Aaron con absoluta molestia.
—Bueno, adelante, haz lo que quieras, pero cuando se quiebre, no pienso pagar eso por ti, se pueden evitar algunas cosas, ya que insisten—se encoge de hombros y toma enojado el menú.
—Si se llega a romper, Aaron y yo lo pagamos, no por nada trabajamos. Ella no depende de tu dinero, ni de tu falsa lástima—Nathalie refunda aún más inquieta por todo lo sucedido.
—Al menos, es una pena que bollito de carne solo consiga dinero para... su necesidad estomacal.
—¿Vas a seguir sofocando la noche o sencillamente vas a hacer silencio?, ¡no me digas ese apodo, lo odio! —arrojo la bebida en su cara, que, para su mala suerte, tiene picante y está cargada de alcohol.
ESTÁS LEYENDO
Bartender, sírvame un corazón roto
RomanceRoseanne es una mujer con unos kilos de más que trata de aliviar el dolor causado en su relación. Su pareja no quiere continuar con una mujer de su talla, así que ella frecuenta en el bar más famoso de la zona, tomando tragos y ahogando sus penas, p...