Capítulo 10

198 21 3
                                    

Xichen vio como su esposa se marchaba y realmente no sintió tristeza ni nada similar. 

En cambio pensó que deseaba ir a ver a Wanyin, pero tenía trabajo que hacer, por lo que no sería posible en ese momento. 

La última vez que se habían visto había sido la tarde anterior, pero ya extrañaba su compañía. Ahora realmente no entendía cómo había logrado estar seis años alejado de ese hombre, solo de pensar en volver a pasar por eso, la tristeza lo consumió. Haría todo lo posible para nunca más tener que estar lejos de él.

Además, si a Wanyin le molestaba la presencia de la emperatriz, ahora que ella no estaba quizás sería momento para aprovechar y poder pasar tiempo a su lado.

Motivado por esto y también la charla que habían tenido el día anterior, Xichen comenzó a pasar todos los días aunque fuera por unos minutos por la residencia de Wanyin. Sin importar si estaba minutos u horas, Xichen siempre se quedaba con ganas de quedarse un rato más, Wanyin era su adicción y deseaba estar junto a él todo el tiempo.

En ese momento ambos se encontraban viendo a su hija jugar cerca del agua, ninguno se distraía mucho y mantenían sus ojos sobre ella a pesar de que una doncella la estaba cuidando en ese momento.

—Wanyin, te tengo un regalo —dijo luego de terminar el té que estaba en su taza.

Jiang Cheng estaba distraído viendo las flores a punto de florecer, por lo que cuando escuchó que le estaba hablando giró su cabeza esperando a que Xichen repitiera lo que dijo. Una vez lo escuchó bien, sonrió inconscientemente.

Xichen había comenzado a darle pequeños regalos, normalmente eran libros o simplemente comida, a veces también intentaba darle adornos para el cabello, pero Jiang Cheng los rechazaba ya que al ver lo delicados que eran le daría mucho miedo usarlos y romperlos. Cuando esto sucedía Xichen solo asentía y los volvía a guardar en su habitación, esperando al día en el que él aceptara esos regalos.

—¿Qué es ahora? —preguntó con una pequeña sonrisa de emoción.

—Últimamente ha hecho más calor y veo que le robas el abanico a Huaisang, así que encontré este que pienso que podría gustarte —Xichen habló con una sonrisa y sacó un abanico de sus mangas.

Jiang Cheng sonrió al tomarlo y viéndolo de cerca quedó impresionado, esos abanicos eran generalmente usados por mujeres, pero no le importó, tenía un bordado hermoso de pequeños lotos en la parte inferior. Lo observo por un momento y luego se abanico suavemente mientras miraba al emperador.

—Muchas gracias Majestad —dijo mientras se inclinaba levemente.

Al notar que algo extraño estaba pasando entre sus padres, Xiyin se acercó en silencio, asustando a Jiang Cheng al no oír a la niña y de un segundo al otro tenerla a su lado.

—¿Puedo ver? —preguntó mientras se sentaba a su lado.

Jiang Cheng asintió y le dio el abanico a su hija, ella se quedó mirando el objeto un rato, tocando el bordado mientras murmuraba que era muy lindo.

—Voy a pedirle a alguien que te haga uno para ti también —dijo Xichen mientras veía a su hija.

La niña sonrió y se paró en el asiento para estar más cerca de su padre, mientras Jiang Cheng la cuidaba para que no se cayera ni hacia adelante ni para atrás. Xichen sonrió y apretó suavemente la mejilla de Xiyin.

—¿Ya te cansaste de jugar? —preguntó Jiang Cheng mientras acomodaba las túnicas de la niña—. Esto ya te queda corto, dile a tu padre que necesitas más ropa.

Jiang Cheng sonrió y le guiño un ojo a su hija, la niña solo se rio y se sentó a su lado mientras miraba a su padre.

—Papá... ¿me compras túnicas nuevas? —Xichen asintió ante el pedido de su hija, quien miró a Jiang Cheng con una sonrisa victoriosa— ¿y a mi baba?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Segundo amanecer - XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora