Capítulo 18

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Se puso de pie y deshizo el nudo del cordón del albornoz para dejarlo caer al suelo, ella le acompañó comenzando a sacarse los botones de su pijama. No dejaban de mirarse mientras se deshacían de las prendas.


Entonces Victoriano llevó sus manos a la cintura del pantalón de ella y lo jaló dejándola únicamente en unas finas braguitas de encaje.


A ambos los cubría únicamente una prenda de ropa, justamente la parte más íntima.


Se recostó sobre ella y se colocó entre sus piernas, empujaba contra su cuerpo y se restregaba aún con la tela de ambas prendas interiores de por medio.


Comenzó besándole los labios para ir descendiendo poco a poco entre besos y lamidas hasta llegar a los senos. Amasó ambos con sus manos excitándose un poco mas al sentir el tacto de los pezones endurecidos bajo sus palmas.


Llevó su boca allí y sin perder el tiempo se metió un pezón en la boca succionando con fuerza.


C: Mmmhh

V: Me vuelves loco Cristina, cada centímetro de tu piel me enloquece.


Volvió a besarle los labios y siguió descendiendo hasta las braguitas deshaciéndose de ellas. Se quedó de pie y la visualizó completa por unos segundos y la vio sonrojarse.


V: ¿Qué pasa?

C: Me pongo nerviosa cuando me miras así.


Le tendió la mano para ayudarla a incorporarse, ella se la tomó y se quedó de pie desnuda frente a él. La agarró por el cuello y el atrajo hacia su boca para besarle los labios.


V: La otra noche estabas muy lanzada, ¿Qué pasó?

C: Yo... no se si te gusta.

V: ¿Qué lleves la iniciativa? Me encanta.

C: A Alonso no le gustaba.


Rápidamente se maldijo por pronunciar ese nombre y miró al suelo apenada.


C: Perdón, no se porque lo nombré.


La tomó del mentón con una mano y le obligó a mirarlo.


V: No pasa nada, era tu marido. Pero yo no soy él, conmigo puedes ser tu misma, quiero que hagas lo que te apetezca ¿si?


Cristina sonrió y llevó sus manos al cuerpo de Victoriano, subió despacio por su torso desnudo acariciando con sus palmas y deleitándose con cada sensación que le regalaba el calor del pecho masculino.


Necesito alzarse de puntillas para alcanzar el cuello masculino, le regalo un par de besos tiernos y él se sintió desfallecer cuando sintió la lengua de Cristina deslizarse por la piel de su cuello. La sujetó de las nalgas y la pegó fuerte a él haciéndola sentir su hinchado miembro sobre su abdomen.

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